Soso reparto de puntos en la vuelta de Eusebio
Partido trabado y poco vistoso, con los ataques anulados
Eusebio se llevó un punto en su regreso a Anoeta con el Girona en un partido tedioso y demasiado encorsetado. La Real pareció por momentos querer más y tener algo más de ambición, pero fue insuficiente, porque sólo con las intenciones y la chispa de Sandro no se puede ganar a un Girona que engañó a todo el mundo con una posesión sin profundidad, porque lo que realmente buscaba era volverse con un empate. Sólo al final en dos acciones aisladas se le vio cerca de la portería de Moyá, pero el mallorquín estuvo atento para amarrar un punto. Reparto justo, o injusto según se mire.
En un principio, parecía que era la Real quien quería coger el peso del partido, tener más la pelota, ante un Girona replegado y expectante. Los papeles cambiados entre Garitano y Eusebio. Pero sólo fue un espejismo.
El partido se empezaba a jugar más a lo que quería Garitano, por lo que Eusebio, en su vuelta a la que fue su casa hasta marzo, dejaba apartado su habitual carácter sosegado para activar a sus jugadores. No surtía efecto, porque sobre el césped estaba un eléctrico Sandro Ramírez, que debutaba en liga como titular con la Real. Con su actuación de la primera parte justificó su titularidad en lugar de Sangalli. El canario generó las mejores ocasiones y dejó los detalles técnicos. Antes, Bautista y Rubén Pardo habían obligado al portero del Girona a emplearse a fondo. El Girona se defendió bien, pero en ataque apenas apareció.
Tuvo que ser Sandro en el segundo acto el que despertó a la afición de su letargo, pero la Real se desajustó, y el partido cayó en una desidia tediosa. Eusebio tampoco era capaz de aprovechar esa circunstancia. Apenas los carrileros, Aday y Porro, lo intentaban por las bandas, pero arriba Portu y Doumbia estaban desaparecidos. Aparecieron Willian José y Sangalli y le imprimieron otra energía a una Real que sí quería la victoria, mientras el Girona, a pesar de sacar a Stuani, parecía conformarse con defender el punto que tenía.
Sandro Con su actuación justificó su titularidad