Cáseres coge el mando de un Villarreal gafado en casa
Aún no ganó en Vila-real; se la juega ante el Rapid
El Villarreal vuelve a jugar en casa. Y eso, lejos de servir como estímulo o protección, se está convirtiendo en una fobia. Acumula seis partidos sin ganar en su estadio, por mucho que ante el Atleti diera una gran imagen, y ya vio cómo el Slavia le dio un disgusto, obligándole a remar contracorriente en la tabla (tercero). Para colmo, Calleja no sabe lo que es sumar de tres en tres en Europa desde que se hizo cargo del Submarino. Así que decir que el Villarreal y su técnico se la juegan ante el Rapid no es excesivo. Para salir de la crisis, Calleja tocará lo justo. No es momento para las rotaciones. Primero, por las bajas. Y también por las cábalas: no conviene tocar lo que funciona. Con este panorama, habrá alguna novedad (Layún, Morlanes o Chekwece) y dos certezas: Cáseres y 4-2-3-1. El argentino ya disputó unos minutos el sábado, una vez olvidada su lesión de rodilla, y hoy será titular repitiendo sistema y evitando parchear más la medular con retales.
El Rapid no es una gran amenaza. Pero tal y como está el Villarreal, conviene no fiarse. Su rival ya le ganó en 2015, tiene experiencia en Europa y le lidera un entrenador con hambre. Curiosamente, mientras en España un técnico no puede dirigir a dos clubes del mismo país en idéntica temporada, Kühbauer cogió al Rapid unos días después de vencerle a domicilio con su anterior equipo, el Sankt Polten. Una victoria y dos derrotas han demostrado que el exjugador de la Real Sociedad (empató a uno en Vila-real en 1998) no ha logrado frenar la sangría. Viene de caer ante un recién ascendido...