AS (Baleares)

Una derrota para pensar

- desde la grada F. J. DÍAZ

Derrota. Ganó el derbi el Real Madrid en el Wanda Metropolit­ano. Lo hizo porque fue mejor y porque se aprovechó de unos errores impropios de un equipo de la calidad del

Atlético. El primer gol vino en una jugada a balón parado y el segundo en un penalti tonto. Giménez picó y el árbitro decretó penalti. No puede el Atleti conceder regalos así en un derbi. Hace bien poco hacerle un gol al Atlético en jugada de estrategia era misión casi imposible. Nunca el equipo de

Simeone había regalado tanto y esto sirve de lección de cara al futuro. Hay derrotas que duelen, y mucho, y ésta es una de ellas. Y también derrotas que deben servir para reflexiona­r profundame­nte. El Atlético tiene lejos luchar por el campeonato liguero, pero queda la Champions

y no puede tirar aún toda la temporada.

Con alfileres. El Atlético parece que entra en la parte decisiva de la temporada cogido con alfileres. Koke está lesionado,

Saúl sale de una, está a la espera de que vuelva Diego Costa,

que puede servir de revulsivo al grupo. Lemar no termina de despegar y si Griezmann no marca no lo hace nadie. Hay que levantar la cabeza, recuperar a estos jugadores importante­s que no están y ganar el sábado en Vallecas. No hay otra. El Real Madrid propició la primera derrota liguera de la temporada en el Wanda Metropolit­ano.

Las placas. Antes del derbi la gente disfrutó fuera del estadio, pues el día en Madrid invitaba a pasear tranquilam­ente. Y muchos aficionado­s se congregaro­n ante la de Isacio Calleja, exjugador rojiblanco fallecido esta semana. Impresiona­ba ver a la gente haciéndose fotos delante de la placa, en silencio absoluto. Una gran corona de flores estaba delante de la misma. A pocos metros, todo era diferente en la de Courtois.

Un par de ratas de peluche, unas cervezas y una cruz de color rojo. Es lo que se veía en la placa de quien fuera portero rojiblanco. El fútbol tiene esto, levanta pasiones y no sabe de pasados. Courtois defendió lo mejor que supo (y lo hizo bien) la camiseta rojiblanca y ahora la gente no le quiere ni ver. Dentro del estadio, justo antes de comenzar el partido, se guardó un minuto de silencio en honor de Calleja. Los aficionado­s no pudieron aguantar y rompieron a aplaudir. Un gesto emotivo, emocionant­e. Lo mismo que el tifo: “Madrid, castiza y rojiblanca”. La gente, que se fue decepciona­da, comenzó el choque cantando el himno a capela. Mejor manera de iniciar un derbi, imposible.

Morata. Marcó un gol y se lo anularon. Morata jugó su primer derbi y no pudo marcar frente al

Real Madrid, su exequipo. Se movió por el frente de ataque, mejor en el segundo tiempo que en el primero. Fue cambiado a falta de veinte minutos y la gente aplaudió, no se sabe muy bien si fue por el delantero o por la entrada de Kalinic. Morata se entregó, dio todo lo que tuvo de sí pero no fue suficiente para marcar.

Juventus. Lo que le queda ahora al Atlético es casi un todo o nada, con la eliminator­ia frente a la Juventus. Quedar entre los cuatro primeros, que es el objetivo del club todos los años, no peligra y el gran reto ahora es la Champions, en ese cruce frente al equipo italiano. El primer partido será el 20 de febrero, en apenas 11 días, la ida. Mucho tiene que mejorar el equipo porque será complicado que el Atlético pase si no ofrece mejor juego que en el derbi. Como ya hizo esta misma temporada después de una dura derrota, ante el Borussia Dortmund en

Alemania, 4-0 en la fase de grupos. La revancha se sirvió pocas semanas después, en Madrid. Hay jugadores y calidad en esta plantilla para no mostrar la imagen del derbi.

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