Pena de espera
● Solari ha tenido que esperar un largo tiempo, como el que pasó, según su más famoso poema, el asturiano Ángel González, “para que su ser pese” en la historia del Real Madrid. Recibido en una época en la que todo eran huecos (el hueco de Cristiano, el hueco de Zidane, el hueco de Lopetegui…) a Solari lo recibieron la desconfianza del abismo. Los que ahora ya ven el equipo como un “bloque sólido” (eso dijo el último miércoles don Luis Suárez en Carrusel) desconfiaron de él de la noche a la mañana. El enojo madridista fue subiendo grados contra la esperanza. Y ha ganado la esperanza, ya se ve.