Dos pastillas anti-crisis de Ben Yedder y Sarabia
El Sevilla, pese a la expulsión de Mudo, está ya en octavos
La Europa League siempre sale al rescate del Sevilla. Hasta cuando parece traicionarle con guiños macabros como la expulsión del Mudo Vázquez que amenazaba con media hora agónica, lo arregla al ratito con la roja a Marusic. Un manto le protege en la competición. Así, entre sobresaltos de expulsiones en el segundo tiempo, se metió en los octavos de final. Y para el dolor de cabeza en momentos de crisis en este Sevilla, nada mejor que las pastillas Ben Yedder y Sarabia. Dos goles analgésicos en un partido que empezó con un mal pálpito. Escudero inició una carrera diagonal muy de su estilo y por el camino notó la clásica pedrada que anuncia la rotura muscular. Murmullo en el Pizjuán que se convirtió en silencio abrumador cuando la defensa dejó pasar un balón de manera incomprensible. Lulic se quedó solo ante Vaclik pero el ángel de la Europa League se le volvió a parecer al Sevilla y el bosnio se tropezó solo.
Ben Yedder pensó que algo había que hacer para agradecer el presente y evitar más sustos y corrió hacia la portería con fe. De una jugada donde no había nada encontró a Sarabia y luego fusiló a Strakosha. El gol calmó al Sevilla hasta el descanso, pero la película no había terminado. Inzaghi fue a por todo y juntó a Correa con Immobile y Caicedo. Luego, en un extraño cambió, sentó a Milinkovic-Savic, que le da mucho peso al juego laziale, y metió a Rómulo. Pero le salió bien. El brasileño, ruidoso, tendió una trampa al Mudo y el argentino, que en la mochila ya llevaba el inocente episodio de Leganés, insistió en un agarrón. Taylor le sacó la segunda amarilla. Era el 60’ y, como está el Sevilla, hubo quien se temió una tragedia. La expulsión de Marusic y un derechazo angelical de Sarabia, jugador que encuentra el gol con una sencillez difícil de ver en el fútbol, incluso en estrellas, permitieron un final tranquilo que sólo estropeó el amago de lesión de Navas...
Ya lo sabe el Sevilla. Cuando esté en crisis, un partido de Europa League y dos buenas pastillas de Sarabia y Ben Yedder. La receta no falla.
La factura Escudero se lesionó y Navas terminó con problemas