LAS SALIDAS QUE HAY PENDIENTES
Bale. Se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de Zidane desde el inicio de la pretemporada. El técnico no cuenta con él, y de hecho le hubiera gustado no encontrárselo el pasado 8 de julio. El galés lo sabe. Pese a ello, insiste en quedarse. Tanto él como su familia están muy a gusto en España y, tras algún coqueteo con el fútbol chino, más promovido por su agente que otra cosa, sigue en sus trece. Mañana cierra el mercado en la Premier, donde en teoría tiene más cartel, pero su alta ficha es un hándicap de momento decisivo. El Bayern no pierde detalle de su caso y valora, si no consigue sacar a Sané del City, pedir su cesión haciéndose cargo de parte de su sueldo de 14,5 millones. El Madrid tiene complicado percibir dinero: aspira, básicamente, a ahorrarse su salario. James. Es otro de los problemas de Zizou, que no le guarda excesiva estima futbolística ni personal. No conectan y lo lógico sería aliviar las arcas con su venta. Los mejor posicionados son Nápoles y el Atlético. Los italianos piden un préstamo con opción de compra obligatoria para dilatar el desembolso de 42 millones. Los rojiblancos están esperando a vender primero a Correa, en la órbita del Milán, para decidir si lanzarse a por él.
Mariano. No casa en los planes de Zidane y, aunque inicialmente se empeñó en seguir, ahora baraja varias ofertas. El club espera ingresar por él entre 20 y 30 millones de euros.