Un bronce olímpico que abrió camino a la mujer
Blanca Fernández Ochoa fue tercera en los Juegos de Albertville
La primera mujer en la historia que gana una medalla olímpica, es alucinante ¿ eh?”, decía Blanca Fernández Ochoa ( Madrid, 1963- Cercedilla, 2019), la mujer que ‘ rompió la nieve’. Ese era el eslogan publicitario para celebrar su bronce en eslalon de los Juegos de Invierno de Albertville ( Francia) 1992, el primer podio olímpico de una mujer española y segunda medalla de todos los tiempos para España en la cita invernal, la cuarta a día de hoy. Una historia única, la pionera que lanzó el precario deporte femenino antes del boom de Barcelona 92.
Blanca nació en Carabanchel hace 56 años y era la pequeña de ocho hermanos. Vivió la nieve desde niña, porque sus padres fueron contratados en la estación de
Navacerrada. Su padre era el gerente de la escuela de esquí y su madre, la cocinera. Ellos vivían en Cercedilla y su hermano Juan Manuel la ‘ engañó’ un día para ir a una competición. Cuando tenía ocho años, en su casa oyó gritos a las cinco de la mañana. Era su hermano Paquito, había ganado en los Juegos de Sapporo en 1972. Y 20 años después ella repetiría la gesta en Albertville y a día de hoy sigue siendo la única mujer que tiene un podio olímpico de invierno. Estaba muy unida a su hermano Paquito, que falleció en 2006 y al que siempre recordaba Blanca con un cariño especial. Blanca, a la que no le gustaba la nieve, se entrenó en un centro de Baqueira Beret, en el Valle de Arán, donde mejoró a nivel técnico hasta convertirse en una de las mejores esquiadoras del mundo. “Me decían, esta es la enchufada”, relataba la esquiadora, que se fraguó su propia historia en los Juegos de Calgary 1988. En un tiempo en el que el deporte español estaba en fase primaria, Blanca acabó primera la manga inicial del gigante. Con las expectativas por los cielos, salió y se cayó al suelo. Fue un batacazo, pese a que también hiciera quinta en eslalon. Y se puso un plazo de cuatro años más. Otros Juegos.
Llegó Albertville y se repitió la situación. Blanca fue segunda en la primera manga del eslalon.
Para la siguiente ronda no quería distraerse. En aquella ocasión el protocolo fue diferente. Había trabajado con un psicólogo y entre ronda y ronda prefirió aislarse, no atender a los medios, para concentrarse a tope en el objetivo. Aseguró en la bajada y llegó al bronce, con todos sus hermanos en la meta, que habían cerrado las tiendas y acudieron por sorpresa a Francia con banderas, carteles... Su hermana Blanca había hecho historia para el deporte olímpico.
Tras aquella medalla compitió en Noruega y Suecia
y después fue recibida a lo grande en Barajas por la gente de Cercedilla y de medio país. Hubo fiesta en el pueblo. La ocasión lo merecía. Esa misma temporada, con 29 años, el bronce olímpico y cuatro victorias en Copa del Mundo
de balance en su carrera ( entre 1985 y 1992), dijo adiós a los esquís en el Campeonato de España de Baqueira. Las lesiones le habían castigado, siete operaciones y roturas de todo tipo: rodillas, tobillo...
Blanca se casó dos veces, primero con el italiano Danielle Fioretto, en 1991, que también fue su entrenador, y con David Fresneda, con el que tuvo dos hijos, David y Olivia. Ambos juegan a rugby y ella es internacional. Blanca pasó por dos divorcios. Acabó saturada del esquí y una vez fuera de la competición ejerció un cargo en el CSD, trabajó en las tiendas deportivas de la familia y apareció en programas de televisión como La selva de los famosos, Splash, famosos al agua, El conquistador del Aconcagua y El conquistador del fin del mundo. También fue entrenadora personal, con técnicas de electroestimulación. Pionera. El senderismo y el golf eran sus aficiones. Siempre sonriente, Fernández Ochoa llevó el esquí a las televisiones, la primera medallista olímpica, la que abrió caminó a la mujer en el deporte. A los 56 años, Blanca falleció.
De nieve Su medalla en 1992 supuso la primera de una deportista española en unos Juegos Éxito Blanca subió al podio olímpico 20 años después de su hermano Paquito en Sapporo