Dani Olmo soluciona un problema en Kazajistán
La Sub-21 inició la clasificación con un triunfo sin brillo
a Sub-21 estrenó ciclo con victoria y sufrimiento. Vendió cara la derrota Kazajistán, que pudo incluso rascar un empate de no ser por una mano milagrosa de Dani Martín en la segunda parte. Hay margen de mejora y, lo más importante, hay tres puntos en el bolsillo en una de las salidas más peligrosas que tendrán los de De la Fuente en esta fase de clasificación.
No fue el mejor partido de La Rojita pero para estos días cuenta con un as en la manga que casi ninguna otra selección de la categoría posee: un futbolista de la categoría de Dani Olmo. El MVP de la última final de la categoría justificó los galones (es el capitán) que le ha dado el seleccionador: fabricó y marcó el primer gol, en el minuto 27, al transformar un penalti que él mismo había provocado con una maniobra de genio (superó a Alip con un caño y el defensor le derribó para detenerle).
Antes del gol, Olmo también había sido el protagonista de la alineación: De la Fuente le colocó de ‘falso nueve’, imitando lo que tan buen resultado le dio con Oyarzabal en la última Eurocopa Sub-21. Con esa opción La Rojita ganó control y perdió remate, ya que sin referencia arriba todos los centros de Carles Pérez y Puado en la primera mitad se desperdiciaron. Ante la escasez de delanteros esa es una asignatura pendiente que el seleccionador debe resolver. Frente al cerrojazo de Kazajistán movió rápido y bien la pelota España en esa primera media hora, culminada con el gol de Olmo.
Tras el tanto los españoles bajaron una marcha que sirvió de advertencia: las dos victorias que llevan los kazajos no son fruto de la casualidad. Se estiraron e inquietaron a la defensa española. Resolvieron bien el peligro Amo y Cuenca, los dos centrales, para mantener la ventaja al descanso.
De la Fuente aprovechó el paso por la caseta para agitar el equipo: cambió a los dos extremos (Ferran y Pozo entraron por Pérez y Puado). El movimiento salió bien: el valencianista fue el mejor en el arranque del segundo acto. Aportó profundidad y uno contra uno, dos facetas que habían faltado a España hasta entonces. Llegaron las oportunidades y otro penalti, provocado por Ferran tras un magnífico control de cabeza. Lo falló Aleñà, que también mandó a las nubes el rechace.
Ese error descentró a una España que vio el partido resuelto antes de tiempo, casi en el mismo momento que el colegiado señaló el segundo penalti. Pronto lo castigó Kazajistán. Fue el momento de comprobar otra certeza: hay portero. Dani Martín sacó una mano milagrosa en el 62’ que evitó un problema. Fue una gran noticia para recuperar la confianza del guardameta después de su partido en el Camp Nou (encajó cinco goles y recibió críticas).
Sin sustos. No encontró La Rojita su juego en la media hora final, les costó recuperar la fluidez de la primera mitad y sólo los destellos de calidad de Olmo provocaron jugadas peligrosas. A pesar de ello, Kazajistán apenas inquietó y España logró el objetivo: tres puntos en un estreno complicado. Hay margen de mejora pero es pronto para sacar conclusiones cuando aún quedan dos años por delante para buscar la perfección que se consiguió en la anterior generación...
Una mano salvadora de Dani Martín en la segunda parte evitó el
empate