España nunca falla
La Selección logra un triunfo agónico, elimina a Italia y pasa a cuartos
El día que Marc Gasol no anotó su primera canasta hasta el minuto 39 del partido, eso sí, importantísima (62-56), una España agónica tiró del otro baloncesto para ganar a Italia bordeando el umbral del sufrimiento. La victoria en el partido del miedo, sudadísima y gracias a ese grupo de secundarios puesto en cuestión todo el verano, mete a España en los cuartos de final del Mundial. Mañana sabrá su rival y también la sede, Shanghái o Dongguan, dependiendo de su resultado con Serbia.
La victoria acerca el objetivo de las medallas, y también el de los Juegos, y admitiendo las bajas y el plantel con el que aterrizó en China, el objetivo de mínimos está. Y es para celebrarlo. Porque el día que no estuvo Marc hubo que tirar del mejor Juancho que se recuerda en la Selección (16 puntos); de un gigantesco Claver (7 puntos y 9 rebotes) y una suma de intangibles valiosísima para España.
De un Llull cuya determinación permitió al equipo sobrevivir en el primer cuarto; de un Rudy que se dejó medio tobillo para que Belinelli terminase con 2/11 en tiros; y de un Ricky valiente, con buen pulso en los últimos lanzamientos para llevar a la Selección a cuartos. Todo corazón.
El partido fue un thriller. Todo estaba a oscuras en España hasta que apareció Llull. Con 5-15, y aunque era prontísimo, la Selección se asomaba al abismo. Perder el tren de Italia tan pronto hubiera resultado delicadísimo. Scariolo llamó al menorquín porque Ricky estaba espeso y la empanada defensiva de los titulares era evidente. Del 5-15 se pasó al 18-18 al final del primer cuarto gracias a los secundarios. Willy hizo los puntos de pívot que Marc, confundido por Biligha, no pudo. Ribas se quitó el miedo del triple y todos, también Oriola, contagiaron espíritu defensivo. Quien guio todos esos buenos propósitos fue Llull.
Marc Gasol salió el primero del vestuario tras el descanso a lanzar, pero tampoco empezó acertado. Se notaba su voluntad para cambiar el rumbo, pero nunca encontró su sitio. El tercer cuarto fue el de Juancho. El madrileño martilleó en el poste y metió de fuera. Un dos más uno de Ricky puso la máxima (46-38) pero no hubo continuidad. Con 50-50, Scariolo le hizo un gesto a Marc. A jugar. Era su momento. El ganador del anillo no anotó pero el duelo estaba en otra cosa.
Italia ponía otra banderilla. Un triple de Gallinari dejó a la Selección con cuatro abajo (52-56). El tiempo muerto de Scariolo hizo efecto. Dos tiros libres de Llull, un mate de Claver y un acierto de Ricky después de dos buenas defensas. España volvía a anotar y Marc (¡al fin!) sumó una canasta, y qué canasta, que terminó de tumbar la resistencia de los italianos. Scariolo, que nunca falla en estos partidos, suspiró profundamente camino del vestuario. La agónica España está en cuartos.
Decisivos Llull aguantó, Juancho tiró la puerta y Claver fue un gigante