Lim despide a Marcelino y le sustituye con Celades
El dueño aduce que el cambio es para “promocionar a canteranos”
Marcelino ya es historia del Valencia. Lo será por siempre por la Copa del Rey que levantó no hace ni cuatro meses y desde ayer lo es también como empleado del club.
Peter Lim sumó al asturiano a su lista de entrenadores fulminados (Pizzi, Nuno, Neville, Ayestarán y Prandelli). Anil Murthy regresó de Singapur con la carta de despido de Marcelino y con Albert Celades bajo el brazo. Toma el mando del Valencia el que fuera seleccionador Sub-21, que se estrenará el sábado contra el Barcelona como entrenador en Primera y que debutará el martes, ante el Chelsea, en la Champions.
Lim reinventa su modelo ahora que su Valencia había encontrado el rumbo y logrado plaza durante dos temporadas consecutivas en la Champions (las campañas anteriores a la llegada del asturiano el Valencia acabó 12º en Liga). Pero sobre todo dejó claro el dueño asiático que no da lugar a que ningún empleado le discrepe públicamente, ni tan siquiera aquellos que con hechos han demostrado su valía. Así, con el despido de Marcelino (110 partidos, 50% de victorias), Lim da carpetazo a una relación enquistada por casos como el de Rafinha o Rodrigo.
Anil Murthy, cuya valía como brazo ejecutor para Lim es inversamente proporcional al respeto que le profesa el público de Mestalla, justificó el relevo en el banquillo y el fichaje de Celades por la apuesta en un proyecto basado en la “promoción de canteranos”. Murthy fue la persona que llamó a Celades para ofrecerle el cargo, sin que supiera nada Mateu Alemany, el otro damnificado de la decisión de Lim y que antes o después saldrá también del club. Alemany prefirió estar con Marcelino en su adiós del vestuario que en la presentación de Celades.
Celades (Barcelona, 1975), que reconoció haber estado ya en Singapur, asumió con “ilusión” y “sin miedo” el reto. Celades, que dirigió ayer su primer entrenamiento, entiende que la “situación no es normal” y también que habrá futbolistas confundidos por la coyuntura, pero “nos han contratado para hacer un trabajo y sabemos la exigencia”.
Celades “Sé de la exigencia; la situación no es normal,
pero no tengo miedo”