El Movistar se aprovechó de un despistado Roglic
El líder lo asumió: “No estuve donde debía estar”
Una nube de periodistas y aficionados con banderas de Colombia se abalanzó sobre Nairo Quintana en la meta de Guadalajara. El colombiano tosía, secuelas de ese resfriado que le ha mermado en la fase decisiva de la Vuelta y que parecía haberle sacado de la lucha por el título… hasta ayer. “Lo estábamos diciendo, en esta Vuelta puede pasar cualquier cosa, cualquier día”, dijo el del Movistar después de pegar un zarpazo en una etapa para la historia. Ahora es segundo de la general a 2:24 de Roglic.
Nairo estaba serio, pero se le notaba satisfecho por volver a la pelea cuando ya se le daba por muerto. El colombiano, en la salida neutralizada, se puso detrás del coche del director de carrera. “Yo también, pero me pasaron por la izquierda y no pude estar en el corte”, explicó luego Valverde. Sí se metió Nairo junto a Rojas, Oliveira y Erviti. La compañía perfecta: “No fue fácil rodar con gente de 70 y 80
kilos, pero el equipo me ayudó. Valverde se quedó a rueda de Roglic y yo por delante”. “Tácticamente perfectos”, remarcó Valverde.
El murciano, a pesar de ser ahora tercero aunque a la misma distancia de Roglic (2:48), vio cómo el Jumbo mostró debilidad: “Aceleramos durante un repecho para dejar al líder sin compañeros. ¿Si hemos puesto la Vuelta patas arriba? Era el día propicio”. Y volvió a recordar: “Lo llevo diciendo muchos días… ¡Claro que se puede ganar esta Vuelta!”. “Vamos a seguir luchando por el maillot rojo”, aseguró Nairo. Metedura de pata. Un jersey que aún pertenece a Roglic, ayer más contrariado que de costumbre en la meta. Y es que toda la batalla arrancó con un error suyo: “No estuve donde tenía que estar”. Un miembro del staff del Jumbo, Grischa Niermann, lo confirmó: “Cuando se desató la batalla, el equipo sí estaba bien colocado, pero Roglic no estaba delante, sólo pudimos esperarle”. De ahí que el esloveno, al que se vio en el tramo final sin compañeros, no pusiera ni un pero a los suyos: “Hicieron todo lo que pudieron y luego les tocó a otros trabajar”. Fue el Astana el que sacó la cara, ya que López (sancionado además con 10” por remolcarse con Fuglsang) también iba en el grupo del líder. En el Movistar lo tenían claro: “Le salvaron el maillot rojo a Roglic”.