AS (Baleares)

La España de las siete vidas luchará por el oro

La Selección vence a Australia y jugará mañana la final del Mundial de China frente a Argentina

- JUAN JIMÉNEZ /

La Selección doblegó tras dos prórrogas a Australia para colarse en la segunda final de un Mundial de su historia. Argentina, que ganó a Francia, espera mañana en el Wukesong de Pekín. Marc Gasol (33 puntos) y Ricky Rubio (19), claves de un equipo de leyenda.

Cuando Sergi Llull anotó el 90-82 a 2:02 para el final de la segunda prórroga de la semifinal después de una secuencia de pases Claver-MarcRudy, que fue puro baloncesto, la piel se erizó porque lo que había hecho este grupo de jugadores no era sólo alcanzar la segunda final del Mundial en la historia de España. Era rebelarse contra todo. Soportar desventaja­s toda la semifinal contra la tremenda Australia de Mills. Superar limitacion­es, exprimirse hasta explorar sus límites. Sencillame­nte, resistirse a caer de todas las formas posibles hasta levantarse casi de la lona (39-50, minuto 26), mirar a los ojos a Australia y ganarle por ley como hacen las seleccione­s para la historia.

A lomos de un Marc Gasol que ya está en el podio de héroes con su hermano Pau, y de un Ricky sencillame­nte mágico, multiusos, definitivo en todos los lados de la cancha, España ganó y luchará mañana para volver a ser campeona del mundo. Un drama de película en una cancha en la que se jugaron 50 minutos, con dos prórrogas con momentos para el recuerdo. Y que tuvo, además, final feliz, maravillos­amente feliz. Después de que Marc pidiese vitaminas para jugar la semifinal, nadie puede saber qué demandará ahora. O las del heroico Rudy. O las del tremendo Claver y de Llull, partido inteligent­ísimo el suyo (+17 con él en la pista). Pero ya dará igual.

La obra maestra de Sergio Scariolo, el selecciona­dor que ha mutado a maestro, está a punto de llegar. La Selección está a un paso del oro.

El partido correspond­ió a la categoría de una semifinal del Mundial desde el inicio. Los primeros minutos fueron de Ricky, a quien los focos de Pekín apuntan fuerte como aspirante a MVP. El base se ha convertido, segurament­e, en el reclamo más importante del torneo. Un triple y una asistencia a Juancho abrieron un flash de 5-0 que pronto fue replicado por Australia, un conjunto con hambre de gloria, que convirtió la primera mitad del segundo cuarto en una pesadilla para España, con Patty Mills en pleno despertar. Eléctrico de piernas, empezó a reventar el partido: el 24-32 fue el primer momento límite para el equipo nacional. Scariolo recurrió a su quinteto de seguridad. Funcionó. La Selección dejó a los aussies en sólo cinco puntos en los últimos minutos del periodo y se marchó al descanso con 32-37.

La carga de tensión alcanzó niveles extremos en el tercer cuarto. Australia supo encontrar las grietas en la defensa española y la ventaja se abrió (39-50). Fue el segundo momento límite. Los de Scariolo dieron la sensación de que estaban cansados de vivir tanto al límite... pero pese a todo, terminaron vivos el cuarto: 51-55.

Tercer momento crítico: 53-61, tras dos malas defensas resueltas con facilidad por Bogut y Kay. Esta vez la carga para acercarse la llevó un Marc inmenso en el último cuarto (65-67). Mills tuvo la oportunida­d de darle la victoria a Australia, pero falló el segundo lanzamient­o desde la personal: prórroga, 71-71.

No hubo quien se tuviese en pie de los nervios. España empezó con un 5-0 de parcial, con Marc celestial. Pero los oceánicos, otra vez a través de Mills y del rebote ofensivo, empataron (78-78) a 16 segundos del final y ataque a favor. Scariolo decidió hacer falta para probar a Mills, que no falló. Tampoco Marc, a 4,5 para el final. El duelo se fue a la segunda prórroga (80-80)... Y Australia dimitió. Pareció como que le resultase increíble que después de todo lo que había hecho, nada hubiese servido. Comprobó que a corazón nadie gana a España. Y tiró la toalla. Llull, con dos triples fundamenta­les, rompió el alma de los australian­os, que se quedaron otra vez a las puertas de una final. Ese billete era para España. Marc metió un tiro lateral final, se giró y encontró en la fila uno a Kobe Bryant. Un gesto le delató. No era su hermano; era él. Marc, Marc Gasol. 33 puntos venidos de ese mundo de dioses en el que nacieron los hermanos de Sant Boi. España está en la final del Mundial de China.

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