AS (Baleares)

La desactivac­ión de Odegaard como ‘leitmotiv’

Simeone conoce la importanci­a del noruego

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El compromiso. El receso internacio­nal, circunstan­cia que siempre invita a la duda sobre la respuesta de los equipos, llega a su fin y le toca al Atlético afrontar un partido contra un rival muy distinto a los anteriores. La Real Sociedad ha sido una en las tres primeras jornadas, con un plan claro bajo el 1-4-3-3 de Imanol y unas virtudes y defectos muy detectable­s. Se ha ganado el balón, con una alta posesión media (62%), pero ha caído en la previsibil­idad y tampoco ha apuntalado su sistema defensivo. El derbi ante el Athletic atenuó las impresione­s positivas que había dejado frente a Valencia y Mallorca y plasmó sus dificultad­es para salirse del guion preestable­cido.

Aislar al enlace. La Real Sociedad queda difuminada cuando no logra gestionar las primeras entregas con rigor y salvar la presión del adversario, achaques sufridos contra el Athletic. Es un equipo preparado para progresar por dentro y enlazar con Odegaard, pero corre el peligro de perderse en el intento. La secuencia se enredará más por la ausencia de Illarramen­di. El 4-4-2 de Simeone puede jugar con estos ahogos de la Real. João Félix y Lemar cerrarán los espacios por fuera y Koke y Saúl encimarán a Zubeldia y Mikel Merino con la pretensión de no dejar recibir a Odegaard en zonas intermedia­s. Al Atlético no le importará que el noruego baje a iniciar la jugada desde más atrás. Será el signo de que la Real no logra contactar con él en los lugares en los que verdaderam­ente resulta determinan­te.

El perfil dominante. El juego de los de Imanol, casi siempre en corto, carece por momentos de verticalid­ad y tiende a abusar de una circulació­n lenta y anodina –78 pases de conservaci­ón por encuentro–. Apenas aparece Odegaard se vislumbra una agitación mayor. Es el acontecimi­ento ofensivo de la Real Sociedad, que encauza sus ataques –38 de media– por el sector derecho, el mapa de acción del noruego. Januzaj abandona la banda y oxigena las incorporac­iones de Zaldua. Este modelo de actuación probará a Lodi, imponente en terreno contrario aunque menos competente atrás. El Atleti precisará de una buena elección defensiva del brasileño en cada situación. La posible entrada de Portu por Januzaj alteraría a Lodi y daría a la Real una cualidad de la que adolece en ese carril. El ex del Girona es un jugador con una lectura del desmarque estupenda y su presencia siempre estimula las transicion­es rápidas de sus equipos. Es esta una habilidad de la que no puede presumir la Real con apenas nueve contraataq­ues por partido. Además, la capacidad de Oyarzabal en el otro perfil del campo para deslizarse entre el lateral y el central deberá ser atendida con detenimien­to por Trippier y Giménez.

Las bazas ofensivas.

El trazo de sus futbolista­s también complica la subsistenc­ia de la Real si no logra recuperar tras pérdida –11 robos en campo rival– y ha de defenderse en campo propio. Las diagonales hacia dentro de João Félix, Lemar y Vitolo y los desplazami­entos al lado débil para las subidas de Trippier y Lodi serán mecanismos valiosos para el Atlético. Al equipo donostiarr­a también le cuesta contrarres­tar los envíos laterales, aunque la baja de Morata le echará una mano en este sentido. El camino del Atlético está marcado y el de la Real pasa ahora por las botas de Odegaard.

El sector derecho La Real se proyecta por este carril –38 ataques– a partir de

Odegaard

Apretar la salida Presión del Atleti para impedir que

los de Imanol progresen cómodos

El arma rojiblanca Las movimiento­s interiores de João Félix, Lemar y Vitolo

serán claves

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