La Real sueña a lo grande
Los txuri-urdin se meten en puestos de Champions
La Real Sociedad remontó ante un Betis inoperante y sueña a lo grande, porque terminó la jornada en los puestos de Champions, y después de haber completado una actuación notable, muy solvente, haciendo muy pequeño a un rival con una plantilla hecha para luchar precisamente por esos puestos europeos.
El cuadro verdiblanco dejó una imagen preocupante en el Reale Arena, porque no fue capaz de aprovechar que se adelantara en el marcador, y su técnico Rubi sigue estando más cuestionado. Los donostiarras siguieron con su dinámica de juego y esta vez sí lograron que su dominio se reflejara en el resultado final. Era lógico. La Real fue mucho mejor que el Betis, y el 3-1 final es consecuencia de lo visto sobre el terreno de juego.
El partido comenzó intenso y muy interesante, sin un dueño claro. Poco a poco la Real gobernó el juego, pero sin profundidad en ataque, mientras el Betis era todo lo contrario. Bien replegado en defensa, daba todo el rato sensación de peligro en sus contragolpes rápidos, hasta el punto de que en uno de ellos, en un buen dos contra uno en banda, supuso el gol de Loren después de una gran acción técnica. El colegiado del choque, a instancias de su asistente, lo anuló; pero el VAR le corrigió con enorme justicia.
Con 0-1, la Real parecía tocada, pero una acción a balón parado acabó en gol en propia puerta de Javi García. Y a partir de ahí comenzó a crecer el equipo de Imanol, mientras el Betis se limitaba a defender con orden. Coleccionaban los locales llegadas con peligro, y tanto fue el cántaro a la fuente que al final se rompió. Willian José remató un gran centro desde la derecha para remontar el partido para la Real. Ese gol podía haber aniquilado la moral de un Betis que se diluye como un azucarillo cuando se le exige un poco, pero también reaccionó con entereza y estuvo cerca del empate, con un remate de Loren frustrado con una buena parada de Remiro, que volvía a la portería realista por sorpresa. Aunque también Portu pudo haber matado el partido con el 3-1 en un acción de infantiles, porque Oyarzabal sacó rápido con la defensa verdiblanca totalmente despistada y sólo Bartra en boca de gol evitó el tanto del murciano.
Tras el descanso, el panorama del partido cambió radicalmente, porque la Real salió con la clara intención de matar el compromiso. El Betis estaba demasiado contemplativo, superado por los acontecimientos, desquiciado. Fue incapaz de poder detener el aluvión de juego rival. Esta Real carbura y el Betis tiene un problema.
Rubi
Su futuro, en el alero tras un ejercicio de impotencia de su equipo