AS (Baleares)

El Atlético se reivindica

- desde la grada POR F. J. DÍAZ

El Atlético ganó 2-0, con goles de Saúl y de Morata, en un buen partido. Fue mejor que el Athletic y la afición arropó a los suyos desde el inicio. Koke y Simeone fueron ovacionado­s.

Fiesta. El Wanda Metropolit­ano jaleó a los suyos, como no podía ser de otra manera. Simeone había elogiado en la previa a su hinchada y la gente respondió. Nadie sabe muy bien las razones, pero el clima en el estadio rojiblanco se había enrarecido mucho y el Atlético necesitaba un partido como el que hizo para despejar dudas y para dejar claro que todos van a una, los jugadores, Simeone, la hinchada... En un año donde el equipo se ha renovado en gran parte y en el que el Cholo pide paciencia, parecía que la afición la había perdido. El triunfo ante el Athletic devuelve la calma a la grada, a la entidad, al vestuario... Hay triunfos que se antojan casi terapéutic­os y el logrado ante el Athletic lo es. Salió vencedor el equipo, Koke, el Cholo, Saúl, Correa, Morata... Salió vencedor el Atlético en general, que hizo un buen partido, correcto, serio, con ocasiones, sin conceder muchas en su área. El Atlético ganó la temporada pasada de forma milagrosa gracias al gol del cojo de Godín. El Athletic creó mucho peligro entonces gracias a los espacios que tuvo Williams para correr y en esta ocasión los de Simeone no repitieron el mismo error.

Goles. Sólo en cinco partidos de los trece disputados hasta ahora había logrado el Atlético marcar dos o más goles. Eibar, Juventus, Mallorca y Lokomotiv habían visto al Atlético hacer dos o más tantos. El Athletic encajó otros dos y el Atlético, siempre reñido con el gol, sí mostró más frescura de cara a portería que en otros encuentros. Marcó Saúl y Morata, quien anotó por segundo partido consecutiv­o. Los goles de Morata deben ser decisivos y el delantero apunta a más en cada encuentro.

Koke. La afición rojiblanca le arropó desde el inicio y el capitán del Atlético fue de menos a más. Fue el primero en ir a robar, en pelear, en cerrar espacios... Y en el segundo tiempo también a la hora de ofrecerse y manejar la pelota. Koke se redimió en un choque que no era sencillo.

Saúl. Marcó el canterano y lo celebró a lo grande. No anotaba un gol con el Atlético desde el 30 de marzo, cuando hizo un tanto ante el Alavés. No es normal que el centrocamp­ista esté tanto tiempo sin hacer gol con la camiseta del Atlético, puesto que tiene calidad para marcar con asiduidad. A Saúl se le vio con ganas, con intensidad, pero mejor a la hora del remate. Saúl supo acompañar la jugada de Correa y remató de manera magistral. Ojalá que este gol pueda suponer un antes y un después del rojiblanco en este sentido.

Correa. Hizo su mejor partido con el Atlético en esta temporada. Correa estuvo cerca de irse este verano y no lo hizo porque el club madrileño no llegó a un acuerdo con el Milán. Se quedó y Simeone sabe que puede darle muchas alegrías. La jugada del 1-0 fue suya y siempre llevó peligro a la defensa del Athletic. Luego le dio a Morata el 2-0. En la plantilla del Atlético hay pocos jugadores tan desequilib­rantes como el argentino, aunque para ello deba estar a un óptimo nivel. Lo positivo es que Correa, pese a que le salgan mal las cosas, lo intenta una y otra vez.

Arriba. El triunfo ante el Athletic propició que el Wanda Metropolit­ano fuera una fiesta. El Atlético pone fin a sus tres partidos como local con un empate frente al Valencia y dos triunfos, ante Leverkusen y Athletic, que le deja muy bien colocado tanto en LaLiga como en Champions. Ahora el equipo tiene que jugar otros tres fuera, ante Alavés, Sevilla y Leverkusen. Jugando mejor o peor, el Atlético está compitiend­o y en los lugares que quiere estar. Y sale reforzado en un partido que tenía trampa.

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Correa dio de esta manera una asistencia a Morata para el segundo gol.
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Oblak, cuando apenas había transcurri­do un minuto de partido, se estiró de forma inverosími­l para alcanzar de esta forma un cabezazo a la escuadra de Íñigo Martínez.
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