Para Nadal y Alonso no pasan los años
Cincuenta años del GP de España y Hamilton se hace notar ● La Barceloneta, más llena que Montmeló ● Monumento a Víctor
Estamos confinados, pero vamos a conducir un Delorean y, en un regreso al presente, imaginaremos lo que pasaría tal día como hoy. Cualquier parecido con la realidad es casual.
Medio siglo. El Gran Premio de España cumplió 50 años con la prueba disputada ayer en Montmeló. Ese Gran Premio empezó en Pedralbes, donde ahora aparcan coches más caros que los que corrieron en el circuito. Luego se trasladó a la Montaña de Montjuïc, donde uno aún alucina con que ahí pudieran correr los bólidos. Luego llegó el Jarama, Jerez y, desde hace 30 años consecutivos, Montmeló. El Gran Premio volvió a cumplir con las expectativas sociales. Barcelona se vio invadida por turistas rubicundos que, a pesar del tiempo que hiciera, llovió un par de días, se paseaban en bermudas y chancletas en las terrazas de la Barceloneta encargando paellas como si las fueran a prohibir al día siguiente. Las habitaciones de hotel se pusieron a precio de jet privado como es costumbre, y era más fácil conseguir una entrada para el paddock que un duplicado de la llave magnética de la habitación en hoteles de cinco estrellas.
Hamilton, otra vez. Lewis Hamilton volvió a eclipsar a Fernando Alonso, al que los organizadores le habían preparado un homenaje recordando su triunfo del 2006 que fue celebrado en el circuito hasta por los comisarios de pista. El asturiano sólo volvió a ganar en 2013, mientras que el inglés con el que en su día se comparó, ha ganado en el circuito catalán en las tres últimas ediciones del Gran Premio más el de 2014. No obstante, el piloto asturiano se reivindicó como el ídolo de masas que siempre ha sido y, tras dar la vuelta de honor al circuito, se pasó uno por uno por todos los boxes del paddock para echar la conveniente bronca a los mecánicos, causantes siempre de todas sus desgracias. En uno de los boxes, como no se encontró a nadie, abroncó a unos señores que pasaban por ahí y a los que les habían tocado las entradas en un sorteo organizado por La Caixa.
El emperador. Rafa Nadal empezará mañana su participación en el Masters 1.000 de Roma, un torneo que ganó por primera vez hace quince años en una final maratoniana ante el argentino Guillermo Coria. Desde entonces, el manacorí le ha tomado el gusto a la pista del Foro Itálico, donde ha ganado nueve veces el torneo. En Roma le adoran y es un ídolo, y empiezan a mirar de complacerle lo máximo posible. Le propusieron llegar a las pistas en una cuádriga con un actor disfrazado de esclavo a su lado poniéndole una corona de laurel. Rafa lo descartó. Los caballos no eran Tenesse Walking Horse de tres años y, si se va, se va en serio. Así, que se desplazará como en el es habitual: corriendo.
Tradición Alonso abroncó a todos los mecánicos del paddock del circuito
Modesto Rafa Nadal rechaza llegar al Foro Itálico en una cuádriga
Hierve Zaragoza. Se jugó ayer el Zaragoza-Oviedo en La Romareda coincidiendo con los 25 años del gol de Nayim al Arsenal. Un partido que podía marcar el retorno de los aragoneses a la élite del fútbol español. Todo ha cambiado, menos el jefe en el banquillo. Ha empezado la colecta para erigir el monumento a Víctor Fernández.