Once hombres sin piedad
Con el triunfo en el Mundial de 1950, Uruguay trastocó los planes de la organización y de Brasil, que sólo se había preparado para celebrar una gran fiesta
HISTORIAS PARA NO SALIR DE CASA... El Mundial ha sido escenario de grandes sorpresas. Las más recordadas son El Maracanazo de Uruguay en 1950 y dieciséis años después la eliminación de Italia ante una desconocida Corea del Norte en la cita de Inglaterra.
Máspoli, González, Tejera, Gambetta, Varela, Andrade, Ghiggia, Pérez, Míguez, Schiaffino y Morán. Los once héroes uruguayos que desafiaron las leyes del fútbol y de la lógica. Once mitos del balompié que silenciaron un estadio en el que ni uno solo de los 175.000 espectadores presentes habría imaginado un desenlace así. Once jueces implacables que inundaron de tristeza, llanto y hasta suicidios, un país que sólo se había preparado para celebrar una gran fiesta y que en ningún momento contempló que en el deporte también se puede perder.
No hubo una sola palabra entre Obdulio Varela, el gran capitán charrúa, y Rimet en el momento de la entrega de la
Copa porque el presidente de FIFA se vio totalmente superado por los acontecimientos, como reconoció años más tarde. No hubo medallas para los campeones porque todo el oro disponible se había empleado en fabricar preseas para los jugadores locales, un error que no fue subsanado hasta 1976. Había banda, pero no había música porque las únicas canciones previstas para la ceremonia de entrega del trofeo eran el himno de la seleçao y un tema compuesto expresamente para ese partido que se llamaba Brasil campeón.
Todo lo que tenía que ver con aquella selección derrotada fue apartado, repudiado, incluida aquella equipación completamente blanca que Brasil jamás ha vuelto a utilizar. El único consuelo para aquel grupo de jugadores fue que dos de ellos (que no habían disputado un solo minuto en aquel Mundial) siguieron compitiendo por limpiar el honor de sus compañeros y en 1958 y 1962 por fin bordaron dos estrellas sobre el escudo de una selección que hoy es pentacampeona: el portero suplente Castilho y el fantástico Nilton Santos.