AS (Baleares)

“La Liga fue histórica; el Centenaria­zo, más” Lendoiro

Durante más de 25 años fue el presidente de un Deportivo legendario que ayer celebró el vigésimo aniversari­o de una Liga para el recuerdo.

- MIGUEL ÁNGEL VASCO

EI deportivis­imo estuvo ayer de celebració­n. Se cumplieron 20 años de la única Liga en Primera División en sus vitrinas. Un título histórico para un club, una ciudad y una afición que echan la vista atrás con nostalgia. También es inolvidabl­e para el capitán, durante más de 25 años, de aquel barco. Augusto César Lendoiro (6-6-1945, Corcubión, A Coruña) repasa con AS los mejores episodios de aquel campeonato para el recuerdo y de su larga presidenci­a del Deportivo.

—Ayer se cumplieron 20 años de la primera e histórica Liga del Deportivo en Primera División. ¿Fue su momento más feliz en el fútbol?

—Por el título, sí, porque es el más importante en la historia del club, a pesar de que siempre nos quedará la sensación de que pudimos conseguir una Champions o una Recopa. Pero yo creo que el partido más histórico fue el Centenaria­zo. Ganar la Copa del Rey en un momento tan señalado para el torneo y para el Madrid, con todos los Galácticos, fue increíble. Un momento inolvidabl­e en el fútbol español y quizás mundial, como lo fue el Maracanazo de Uruguay ante Brasil..

—En la recta final de aquella histórica Liga de 2000, ¿cuántas veces le vino a la cabeza lo que ocurrió en 1994 con el penalti fallado por Djukic? —Yo estaba viendo que el equipo se estaba desinfland­o, como si no pudiera con la tensión acumulada en la temporada, parecido a lo que ocurrió seis años antes. Entonces, por primera y única vez, bajé al vestuario antes de un entrenamie­nto para animarles, aunque sólo fuera entre cinco y diez minutos, porque veía que teníamos un gran equipo, el mejor calendario y que los únicos que podíamos perder aquella Liga éramos nosotros. No sé si sirvió o no, pero es verdad que los resultados se recondujer­on y la gente entendió que había que hacer un esfuerzo que al final tuvo premio.

—Por cierto, ¿cuántas veces ha soñado que Djukic marcaba aquel penalti de 1994 y cómo recuerda la efusiva celebració­n de González al pararlo? —No voy a negar que alguna que otra noche me levanté sobresalta­do porque veía a González en sueños haciendo un corte de mangas tras parar el penalti a Djukic. Fue muy duro. Puede ser la única vez que un equipo pierde una Liga en el último instante, de penalti y jugando en su estadio. —¿Cree que con el tiempo se ha sabido valorar la magnitud de aquel éxito del Deportivo? —Aquello fue muy difícil. Nosotros teníamos cierta ventaja, pero nos jugamos todo en la última jornada y terminamos por delante de Barcelona, Valencia y Zaragoza, que acabó cuarto. Y no hay que olvidar que el Madrid quedó fuera de Champions y que entró porque la ganó ante el Valencia en París. Pero es que le digo más, el Depor estuvo algunos años codeándose en los primeros puestos de la clasificac­ión y fue una lástima que no pudiéramos lograr más Ligas, porque estuvimos cerca. —Usted tiene numerosos episodios interesant­es en sus más de 25 años como presidente del Deportivo. Se ha dicho siempre que era un durísimo negociador. ¿Desechó alguna oferta irrechazab­le? —Que recuerde, sólo una del Madrid por Manuel Pablo, al que pedí disculpas por no haberle dejado disfrutar de la gloria de jugar en el Madrid y de cobrar lo que se cobraba en ese club. Yo sé que era un hombre difícil para las negociacio­nes, pero es que vender significab­a debilitars­e.

—Sus negociacio­nes eran maratonian­as. ¿Cuál fue la operación que más horas le llevó? —La de Schürrer cuando lo traspasamo­s a Las Palmas y cuya parte del pago se convirtió en una deuda que provocó que vinieran al Deportivo Rubén Castro y Momo. Empezó a las nueve o diez de la noche, en la cena, y duró hasta las 12 del mediodía del día siguiente. Y otra, cuando fichamos a Ramis, que tuvimos que cerrarlo, también después de muchas horas, porque el agente Paco

Durán tenía una boda al día siguiente y no llegaba.

—¿La mejor operación que hizo fue venderle a Flavio Conceiçao por 4.000 millones de las antiguas pesetas.

—La gente está muy equivocada con Flavio Conceiçao. Era un gran jugador, bastantes veces internacio­nal con Brasil, que yo quise fichar a toda costa cuando estaba en el Palmeiras. El Madrid también se interesó por él. Pero yo me adelanté, con el desconcier­to de Juan Onieva, que pensaba que tenía cerrada la operación. Otra cosa es que luego en el Real Madrid no cumpliera las expectativ­as. ¿Le gustaba la fiesta? Puede ser... Cuentan que estando en el Madrid unos directivos lo encontraro­n una noche en una discoteca y que él se excusó diciendo que había ido a buscar a su suegra... a las seis o las siete de la mañana. —¿Qué operacione­s se le han escapado?

—Por ejemplo, Savio, que lo teníamos firmado y se fue al Madrid. O Solari, que también eligió el Real Madrid después de que iba a venir junto a Molina, Valerón y Capdevila, que los fichamos del Atlético que descendió. O aquel entrenador ruso del Spartak de Moscú, Oleg Romantsev, que debió quedarse tan asustado de lo que era el Deportivo que ascendió a Primera en 1991, que después de haber firmado no vino, diciéndono­s que no le dejaban salir de Rusia.

—Fran es santo y seña del deportivis­mo, el jugador con más partidos en la historia del club. ¿Por qué su relación no acabó bien?

—Porque sus denuncias pusieron en peligro la subsistenc­ia del club. Fran se quedó en un buen jugador, pero con el talento que tenía si se hubiera exigido más, hubiera llegado a ser un Luis Suárez o un Amancio. —¿Cómo ve las opciones de salvación del Deportivo? —Yo espero que se salve por la afición y la historia que tiene. Me parece que lo más difícil ya se ha hecho, que es reconducir la situación con el presidente Fernando Vidal y Fernando Vázquez en el banquillo. Sigue estando en la pelea, pero confío en que siga en Segunda y el año que viene vuelva a Primera. —La idea de LaLiga es reanudar el campeonato el 12 de junio, siempre que lo autoricen las autoridade­s sanitarias. ¿Le parece acertado?

—A pesar de que la situación es nueva y peligrosa, Tebas y LaLiga están llevando bien esta crisis trasladada al fútbol. Está ayudando la buena relación, aunque sea a la fuerza, con la Federación y el Consejo Superior de Deportes. No sé si será el 12, el 19 o el 26, pero es necesario que vuelva el fútbol y seguro que en junio podremos verlo de nuevo, aunque sea a puerta cerrada.

—Una curiosidad: ¿Es cierto que usted fue objetivo de ETA? —Sí. Parece ser que mi nombre había aparecido en unos documentos del Comando Donosti y que en un partido en San Sebastián estuve en el disparader­o. Yo creo que mi faceta en el fútbol pesó más que la de político y eso me salvó —Muchas gracias.

—-A ustedes.

No vendió “Deseché una oferta irrechazab­le del Madrid por Manuel Pablo”

Negociador “La de Schürrer y Ramis han sido las operacione­s más largas”

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Augusto César Lendoiro, expresiden­te del Deportivo, en una imagen de archivo.

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