Marco y Karim, oh là là
El partido empezó con un bonito detalle de la plantilla del Madrid. Ramos llevaba una camiseta que ponía: “Mucho ánimo Unzué, estamos contigo”. Luego llegaron los golazos de Marco y Karim.
Obras de arte. Qué pena que este Madrid-Valencia no se haya jugado en un Bernabéu abarrotado con 80.000 fieles a la causa. Los dos últimos goles de Marco Asensio y de Benzema son de museo. Uno por su significado emocional. El otro por su concepto como obra de arte llevada al fútbol. El Madrid solventó con estética y pegada un partido que en el primer tiempo barruntaba tormenta y posible gatillazo liguero, pero que en el segundo mutó en un vendaval blanco que convirtió a Cillessen en un muñeco que recibía balonazos desde todos los ángulos. El Madrid se puso firme cuando asomaba una pifia que hubiese dejado LaLiga en bandeja a ese Barça que hoy se jugará las habichuelas en el Pizjuán de Lopetegui y Reguilón. Pero Zidane debió decirles algo al descanso y en su partido 201 como técnico de su amado Madrid logró que el aspirante al título se comportarse como un equipo campeón.
Justicia poética. Eso sucedió con el gol de Asensio. El mallorquín (de la tierra de Rafa Nadal tenías que ser, crack) llevaba 330 días esperando este momento. Volver a un terreno de juego, sentirse futbolista, tocar una pelota con un rival de verdad enfrente... Lo que seguramente no se atrevió a soñar es lo que sucedió. A los treinta segundos de entrar al campo recibió un buen envío de Mendy (que hizo una jugada marceliana) y Marco hizo honor a su nombre de pila embocándola con la zurda, su pierna de oro que tanto talento esconde y tantas alegrías nos va a dar. El chaval se emocionó y sus compañeros lo celebraron como si fuese un gol propio. Saben lo que ha sufrido en silencio todos estos meses. Un ejemplo de superación con premio. Una historia con final feliz digna de un guión de Hollywood. Marco, no te imaginas cómo nos hemos alegrado por ti. Por cosas como esta el fútbol es mágico. El corazón puede con todo. Te lo mereces.
Al museo. Benzema tiene su propia pinacoteca. La estrenó con su gol de museo al Atleti en el extinto Calderón y ahora va a incorporar este tercer gol al Valencia, que quedará para la memoria de los grandes momentos de esta Liga. Su control parabólico con la derecha, convertido en un autopase con tirolinas, y su volea a la escuadra con la zurda sólo está al alcance de los elegidos. Qué pena da que este gol no haya tenido el eco de la afición. Me imagino al nuevo Bernabéu en pie aplaudiendo esta maravilla. Allez Karim!
Clavo Ardiendo. Este miércoles se cumplieron 13 años (¡bonito número!) de la conquista de la inolvidable Liga del Clavo Ardiendo. También íbamos por detrás del Barça a falta de nueve jornadas. Casi nadie daba un duro (o un euro) por el Madrid de Capello. Pero la afición creyó. Y los jugadores también. Todavía recuerdo las portadas de Casillas y de Sergio Ramos en AS haciendo una quiniela con las jornadas que faltaban. Veían un desenlace feliz para los blancos. La gente del Barça flipaba. “¡Os habéis vuelo locos! Esta Liga es culé y nada ni nadie lo evitará”. Pues lo evitó el espíritu de un equipo sin más armas que el orgullo de camiseta. El gol salvador de Higuaín en el minuto 90 tras ir perdiendo con el Espanyol (1-3 en el descanso), el gol de Roberto Carlos en Huelva en el 93’, el gol épico de Van Nistelrooy en Zaragoza en el último segundo, el gol de Tamudo en el Camp Nou 17 segundos después, los dos goles de José Antonio Reyes al Mallorca en el día del glorioso alirón... Los madridistas jamás olvidaremos aquella Liga del Clavo Ardiendo. Es la que más disfrutamos. Con muchísima diferencia. Pero esta Liga está cogiendo el mismo aroma. Los de Zidane están a rebufo y empezando sus partidos a cinco puntos del Barça. Pero no titubean. Y suman. Seis de seis en el coqueto Di Stéfano. Sólo falta que el Arrebato haga el resto en el Pizjuán...