El Sevilla se agarra a la rareza
Un triunfo en las últimas doce visitas ligueras del Barcelona al Sánchez Pizjuán es una estadística que no invita ni mucho menos a la esperanza en el Sevilla. Si con el abrigo de una grada que se encendía en este tipo de partidos rara vez se ha podido hacer frente a Messi y compañía, doblegar a los blaugranas a puerta cerrada parece el más difícil todavía. Sin embargo, también se creía que el Betis podría aprovechar esta circunstancia en el reinicio de LaLiga y los de Lopetegui pasaron por encima del eterno rival. Por tanto, quizás el agarrarse a lo extraño de este nuevo fútbol sea el mejor argumento para confiar en que los locales aseguren el tercer puesto una jornada más.
La víspera del Domingo de Ramos era la fecha en la que, en condiciones normales, Setién debería haber vuelto a un estadio en el que con el Betis hizo historia pero del que también salió derrotado. Su figura generó una notable animadversión en el sevillismo a persar de que sólo militó dos temporadas en la acera enemiga y de esa presión se librará hoy. También estará el foco puesto en Diego
Carlos, uno de esos conejos que Monchi saca habitualmente de su chistera. Le tocará frenar a un Messi al que el blanco de la camiseta sevillista siempre motiva. No parece la noche ideal para romper el maleficio del Sevilla, pero cosas más raras se han visto. Y si algo que define a esta nueva Liga es lo rara que es.