Llull sale lanzado
El Real Madrid retoma la temporada donde la dejó: 12+1 victorias seguidas ● ‘El Increíble’ y Carroll, muy finos
Tres meses y unos días, que es lo que llevábamos sin baloncesto, es el tiempo que transcurre entre el final de la Liga y la Supercopa. Todo un verano, el salto de una temporada a otra. Así que la reanudación llegaba con incógnitas en cascada. Reyes lo decía en la previa, que se habían entrenado muy bien, pero que hasta que no jugaran… Pues bien, el capitán, desde ayer el primer júnior de oro en disputar un partido con 40 años y el jugador con más edad en la historia del Real Madrid (no solo de baloncesto), salió de dudas de inicio y… luego le volvió alguna como un búmeran. Como a sus compañeros y al propio Laso. El cierre al duelo, eso sí, lo echaron sin sobresaltos y buena defensa. En la balanza pesó mucho más lo positivo después de un trimestre sin acción y con la presencia testimonial de Campazzo (apenas 11:21 en pista).
El Madrid ha retomado la Liga donde la dejó el 8 de marzo, con triunfo y fogonazos. Racha de victorias (12+1 seguidas, no pierde desde el 2 de febrero) y juego a rachas. De la espectacular salida en tromba con 37 puntos en el primer cuarto (récord en un encuentro por el título), que le llevó poco después a un +23 (43-20) con su décimo triple de 13 intentos, a mirar el marcador de reojo un cuarto y medio después con cierto desasosiego: 65-60. En medio, un parcial del Herbalife Gran Canaria de 22-40. Que calcaba entonces su trayectoria en la temporada antes del parón, de menos a más.
El pívot Matt Costello se había puesto el traje de MVP (23 tantos al descanso y 26 de valoración, 26 y 28 al final con problemas físicos). Lucía manita y movilidad y hacía sufrir a Tavares, al motor diésel del pívot blanco, que en marzo era imbatible y ahora debe volver a coger temperatura (pese a ello, 5 tapones y un mal rato para Bourousis). Los de Katsikaris habían dejado atrás un primer acto para olvidar (37-16), aunque también un segundo de ensueño (21-32). El tercero fue de apagón general y el cuarto, el de la sentencia (22-11).
El Madrid recuperó la seriedad y Laso mantuvo a Deck, que no había sacado rédito de los balones al poste, pero que de interior junto a Thompkins hizo funcionar al bloque cuando asomaba la meta. Ahí andaban Rudy, de alero, y, sobre todo, Llull y un Carroll muy fino para celebrar su renovación con 37 años (19 puntos cada uno).
A El Increíble se le vio fuerte físicamente (3 recuperaciones por arrancada y concentración), acertado en el tiro y con las ideas muy claras. Transmitió grandes sensaciones, como Laprovittola en su salida de tacos (dos triples y una canasta en 55 segundos exactos). Y mientras, los ala-pívots con la inercia cambiada: Randolph, de bastante a nada (incluido un patadón a un balón que condenó a la desinfección, como manda el protocolo, y que le costó una técnica) y Thompkins, de día nefasto a ayudar en el éxito final. Primera toma de contacto con la nueva normalidad y un poco de todo, tanto en el Madrid como en el Granca. Ni tan mal.