Una noche para el miedo
El Betis busca tranquilidad en el reestreno de Alexis como técnico ante un Espanyol que se agarra a la esperanza
No dejó el Betis que Rubi se jugara la (enésima) vida contra ese Espanyol del que salió, malamente y vía cláusula, hace apenas unos meses. Prefirieron en Heliópolis cargarse al entrenador justo antes del que hubiera sido otro partido de reencuentro del técnico catalán con el equipo al que llevó a Europa 12 años después de su última comparecencia y cómo han cambiado los tiempos por Cornellà-El Prat. Ahora los pericos agonizan en el fondo de la tabla, a muchos puntos de la salvación y con un calendario terrorífico que incluye visitas al Bernabéu, Anoeta y el Camp Nou en tres de los próximos cuatro partidos. No ganar esta noche sería casi como firmar la sentencia de muerte.
El Espanyol, literalmente, se juega la vida. El Betis como tal, no. Con el descenso todavía a ocho puntos hay margen de sobra. Al ritmo que llevan los de abajo es hasta posible que no lleguen a los 34 puntos que contemplan ahora mismo a los verdiblancos. Pero sigue habiendo miedo, mucho miedo, porque los que sí andan con el agua al cuello son sus dirigentes, cuyo discurso de ‘crecimiento’ compran sólo ya los más optimistas y/o más allegados. Haro y Catalán, la dupla que prometió el paraíso, piensa más en un golpe de efecto mediático para el banquillo y la dirección deportiva que en esta temporada, en manos ya de Alexis Trujillo, Juan Merino y Toni Doblas.
Dudas. Alexis le dará una vuelta de tuerca a su equipo, se supone. Con sus convicciones y tal vez con aquellas que reclamaban muchos béticos. Abelardo ganó esperanzas con los dos primeros duelos del reinicio y casi las perdió todas con una penosa continuación, derrota incluida, ante el Levante. El entrenador asturiano perderá atrás sin sus centrales titulares, Cabrera y Bernardo, sancionados, aunque arriba podría volver Raúl de Tomás, que sin estar al cien por cien entró en la lista.