Esta vez fue del 9 al 14
Rufete se estrenó con derrota, pero el Espanyol cayó con dignidad ante un Madrid que explotó al máximo la genialidad de Karim. El equipo de Zidane ya es líder en solitario. LaLiga 34 está más cerca.
Mago Karim. Todos recordamos aquella maravilla de Guti en Riazor. Una ocurrencia que sólo podía diseñar al canterano con más magia que haya tenido nunca este club. Guti encaraba solo al portero en un mano a mano que olía a gol seguro. Pero prefirió deleitar los sentidos de los que amamos este deporte y se inventó un taconazo a Benzema del que se sigue hablando en las tertulias de los bares (guardando la distancia de seguridad, eso sí). Pues después de lo que hizo anoche Karim en Cornellà se va a hablar aún más. Imposible evitar comparar ambos taconazos. Los dos acabaron en gol. Los dos fueron obras de arte. Los dos justifican el liderazgo del fútbol como deporte de masas. El único matiz es numérico. En Riazor fue un taconazo del 14 (Guti) al 9 (Benzema). Y esta vez se cambiaron los números de forma diabólica para consumar la jugada de museo. Esta vez fue el 9 (Benzema) el que le dio el taconazo al 14 (Casemiro). Benditos sean los dos. El taconazo de la Liga. Y Karim, sin darse importancia. “Yo veo el fútbol así, pero lo importante es que nos quedan seis finales para lograr el título y hay que seguir luchando”. Un genio con botas, un artista autodidacta, un tipo feliz.
Pleno al 15. Eso es lo que ha hecho el Madrid de Zidane al regreso del confinamiento. Ha cantado victoria en sus cinco partidos jugados. Han ido cayendo el Eibar (3-1), el Valencia (3-0), la Real Sociedad (1-2), el Mallorca (2-0) y ahora el Espanyol (0-1). Un total de 11 goles a favor y sólo dos en contra. Esa es la clave del futuro campeón. Un equipo homogéneo, sin fisuras atrás, muy comprometido en torno a su excelso entrenador. No hace el fútbol más vistoso del mundo, pero es un equipo fiable y comprometido. El mejor camino para no equivocarse. Faltan todavía el Getafe (toca cita con el dentista de Bordalás), el Athletic en San Mamés (siempre un rival durísimo en su campo), el Alavés, el Granada, el Villarreal (los del Submarino Amarillo pueden estar jugándose la Champions y al Valencia le metieron ayer dos golazos de bandera) y el Leganés. Hasta Butarque todo es toro. Nada de confianzas. Humildad.
Mis pericos. No me verán celebrar a lo bestia esta victoria. El Espanyol es un equipo que ocupa parte de mi corazón desde niño. Allí jugó Di Stéfano al dejar el Bernabéu en 1964; allí fue una máquina de hacer goles mi amigo Rafa Marañón; allí vibré con el gol de Coro que evitó su descenso hace doce años y de allí es Raúl Tamudo, el futbolista que me ha arrancado, fuera del Madrid, el mayor júbilo que yo recuerde tras un gol (inolvidable el tamudazo del Camp Nou en 2007). Los pericos son buena gente y son historia del campeonato. En 85 de las 89 ediciones de LaLiga han estado en Primera. Se merece un “hasta luego”, no un “adiós”. Espero veros pronto de vuelta, amigos.
Hazard, espabila. Soy un fan indisimulado del belga, pero siguen pasando los partidos y como se dice en el argot taurino “sin cortar una oreja”. Los rivales le castigan el tobillo y él se aflige, quedando lejos del crack que deslumbraba en el Chelsea. Te esperamos, Hazard.
Casemiro, crack. Estuvo a punto de meter el golazo de LaLiga, al disparar desde 57 metros y casi sorprender a Diego López. Y metió el gol de la victoria. Este chaval es un tanque, un tractor, un acorazado, un muro impenetrable. Y mete goles (el tercero en Liga del equipo). Sin duda, unos de los fichajes más rentables de la historia del club. Me lo recuerdan entusiasmados mis amigos Ángel, el presi de la peña de San Pedro del Pinatar y Santiago, el presidente de la peña de Valdemoro. Vieron juntos el partido. Y se abrazaron por el liderato en solitario. El alirón, mucho más cerca.