Licencia para soñar con que éste sea el gran verano del Atlético
Yde repente los pájaros empezaron a disparar a las escopetas. Setién metía un centrocampista más y el Cholo, en busca de la verticalidad y la profundidad, se decantó por un delantero más. Le salió de lujo al argentino mezclar el repliegue con la presión alta. Para ello hubo dos nombres clave:
Correa y Carrasco. El argentino realizó un encuentro de solidaridad máxima. En juego posicional del Barça se ubicaba de carrilero mirando a los ojos a Jordi Alba, mientras Arias se metía hacia dentro.
Chapeau para Angelito y el nuevo máster que se sacó en solidaridad. No está fluido con el balón, pero aprieta el orto en pos del equipo. El belga dio la razón al míster, utilizando su velocidad y calidad en la conducción, y aprovechó los espacios para hacer daño. Carrasco tuvo gran influencia sin perderse en fuegos artificiales. Ha vuelto más serio, más maduro, como si en el confinamiento hubiese cumplido tres años en vez de tres meses.
Cada partido se van sumando jugadores a la causa, demostrando que es una plantilla ideal para esta ‘miniliga posconfinamiento.’ Es fundamental tener a un gestor que canalice el exuberante físico que tienen, algo que, sumado al hambre y a la disciplina, provoca que por mi cuerpo vaya creciendo un optimismo que nos pueda hacer recordar esta temporada como la del gran verano de 2020.
En un mundo donde los mínimos detalles hacen que pases a la historia o al olvido, me falta ver sonreír más a Morata y que João se conciencie de que en el borde del área debe dar rienda suelta a la generosidad. Un tío con su talento no puede dejar de ver al compañero mejor situado. Le pasó en el
Camp Nou y ante el Alavés y el Levante, donde tras dejarse las pestañas Costa en la presión, el Menino optó por chutar en vez de asistir al hispanobrasileño, que se quedaba solo con Aitor. Está en fase de maduración y seguro que su duende, más que los consejeros, le ayudará a interiorizar los conceptos y a mejorar. Tan optimista soy con el portugués como con los legionarios rojiblancos. El talento, hambre y disciplina hacen que sueñe con que el verano de 2020 sea el mejor del Atlético de Madrid.