El mito Pau llega a 40
Lo hace con el sueño de los Juegos vigente, pero sin ofertas NBA de momento y una recuperación compleja
Pau Gasol, el primer deportista español que llegó a la luna (que eso era en este país triunfar en la NBA en la primera década del siglo XXI), cumple hoy 40 años. Ya no es aquel chico irreverente de Sant Boi que lo mismo subía el balón botando por mitad de una cancha mientras ganaba la Liga de 2001 en el Raimundo Saporta, que rompía la pizarra de Scariolo en la fase final de Copa del mismo año en Málaga, cuando se convirtió en ET. Que desafiaba a los entrenadores porque ya se sabía la lección y quería alargar la última hora libre con sus colegas en el Barça y la Selección. Ahora es un personaje responsable, sensible e integral, que ha aprovechado su condición de extraordinario deportista para abrazar causas sociales y extender su influencia hasta convertirse en uno de los embajadores de la imagen de España por el mundo y en candidato a entrar en la Comisión de Deportistas del COI. Pero que, por amor al juego, lucha contra el paso de los años para volver a poner los pies en una cancha de baloncesto como profesional y cumplir el sueño de participar en sus quintos Juegos Olímpicos, los de Tokio. Si Pau, felizmente casado con Catherine McDonell, necesitaba una motivación que moviese su vida en el inicio de los 40, no puede haber una mejor.
No va a ser fácil. La recuperación de la fractura del hueso navicular del pie izquierdo no está siendo sencilla; la crisis del coronavirus lo ha puesto un poco más complicado si cabe porque no ha habido capacidad de maniobra y, sin contrato con ninguna franquicia, Pau no encuentra un equipo NBA que apueste de momento por él porque necesitan garantías físicas. Tampoco se siente en condiciones de apurar a ningún club europeo. No sólo por el pie izquierdo, sino porque no juega desde hace más de un año.
A sus 40, Gasol puede decir que ha sido algo más que un jugador de baloncesto. Ha sido un hombre de sueños capaz de emocionar al país. Sus canastas a Francia en la semifinal del Eurobasket de 2015 se celebraron como los goles de Torres e Iniesta. Él hizo trascender como nadie el baloncesto español al escenario del deporte de masas. Educado en los valores de los Carlos Jiménez, Nacho Rodríguez y Alfonso Reyes (“nos marcasteis un camino, un ambiente de familia”) a su llegada a la Selección en 2001, primero vio, luego escuchó; y, finalmente actuó. Pau ha sido una gran estrella de la NBA. Pero en el baloncesto FIBA ha resultado, sencillamente, incontenible. Su nombre está con letras de oro al nivel de los Sabonis, Petrovic, Parker y Nowitzki. En el universo FEB, pasó pronto a ser líder y ha terminado siendo un espejo. Importante incluso hasta cuando no se jugaba, su mensaje audiovisual en el vuelo de Iberia rumbo al Mundial de China puso la carne de gallina a Ricky, futuro MVP. Es un héroe de 40 años y es una obligación moral que lo intente hasta el final. También esperarlo.
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