Arambarri, de profesión ganador de duelos
■ Mauro Arambarri (Salto, Uruguay, 1995) es futbolista. Desde pequeño lo fue y cada día lo disfruta. Su padre le metió el balón en vena y en su chacra (casa de campo) el pequeño Mauro pateaba a todas horas. De su padre, además de su amor al trabajo y al fútbol, sacó también su admiración por el Atlético y por su estilo de juego. ¿Madrid o Barça? “El Atleti”, responde sin dudar. Cumplió el trámite de pasar por Montevideo en el modesto Defensor Sporting para poder dar el salto a Europa, pero en Francia no triunfó. “Demasiado joven”, reflexiona. Llegó a Getafe siendo un desconocido, asombró desde los primeros entrenamientos por su esfuerzo y se hizo indispensable para
Bordalás. En su país le apodaban El Bomba por su potente disparo con la derecha, pero no han sido sus trallazos lo que más ha destacado en España.
Se confiesa admirador de Pirlo, mas no es un organizador como el italiano. Su virtud, su profesión, es ganar duelos. Le gana disputas por arriba a futbolistas que le sacan dos cabezas y por abajo a finos estilistas. Si le mandan a la presión alta, va a la guerra; si le sostienen, tiene rigor táctico. Un hombre de equipo muy del estilo Atlético y del Cholo. Le quedan tres años de contrato, pero resultará difícil retenerle mucho más en el Coliseum. Desde Italia ya han venido a verle y en LaLiga son varios los que le tienen en agenda.