Regreso a la vieja normalidad...

El equipo imperial de las 13 Champions ha cambiado su discurso, alejado de las fronteras. Así lo quiso Zidane, al que hay que atribuir buena parte de esta Liga 34. Un título necesario para frenar la sangría con el Barça en esta última década. Los azulgrana se pusieron a sólo siete de diferencia en la competición de la regularidad (33 a 26). Pero Zizou priorizó la Liga por encima de la Copa de Europa y eso explica el gran final de los blancos, que han ganado con autoridad y solidez. Pero hay más nombres propios aparte del marsellés. Courtois ha sido por fin el porterazo del Atleti. De hecho, Thibaut ha levantado su tercer Trofeo Zamora, algo impensable hace un año. La marcha de Keylor Navas a París le hizo sentirse dueño, por fin, de la portería del Real Madrid. Su rendimiento ha ido de menos a más. Acabó en ‘modo muro.’

También Sergio Ramos, con su jerarquía y sus goles (¡el máximo realizador del equipo por detrás de Benzema!), ha liderado al equipo, arrastrando en su mochila a Varane ya Carvajal, los dos con nota alta al final del curso. Casemiro, por supuesto, ha sido de nuevo ese factor corrector en la medular que se ha agigantado con su imponente presencia física. Modric, elegante y sacrificado a la vez, también ha rescatado esencias de su juventud pese a sus 34 años. Y Kroos abandonó la imagen errática y pasiva de la temporada pasada. Ha vuelto a ser el Metrónomo. Y arriba Vinicius y Rodrygo se fueron ganando un hueco en las rotaciones masivas de Zizou, aprovechando que Hazard ha estado casi inédito entre lesiones y estados de baja forma. También ha vuelto Asensio tras diez meses de baja y esa ha sido una gran noticia, quizás la más bella de este alirón. Y un aparte para Benzema, ‘El Mago de la 34’. Nos quedamos con su compromiso y con genialidades como su golazo al Valencia en el Di Stéfano o el taconazo en Cornellà.

Y todo bajo la mirada de Zidane. EL ARTÍFICE.