Salida en falso
Difícil primer curso profesional para dos números 1 llamados a marcar época: Zion y Sabrina
Tanto la NBA como la WNBA, ambas de nuevo en marcha en sendas burbujas en Florida, tuvieron noticias muy sonadas en sus últimos drafts. Tanto Zion Williamson como Sabrina Ionescu no fueron solo los números 1 de su generación sino que ambos apuntaban a mucho más que eso. Dos tremendos fenómenos mediáticos, Zion era el jugador más esperado por la NBA desde LeBron James (elegido en 2003) y Ionescu asomaba como un terremoto capaz de disparar a la WNBA a cotas nunca vistas hasta ahora para el baloncesto femenino.
Sin embargo, ninguno de los dos ha tenido el estreno soñado en el baloncesto profesional. La pandemia y los problemas físicos se han aliado para retrasar la verdadera explosión mediática de las dos mayores estrellas jóvenes de los últimos tiempos. Sabrina Ionescu rechazó ir al draft 2019 (donde también habría sido número 1) para ganar con Oregon el título universitario que se le había escapado en la anterior final four. Pero el coronavirus canceló el March Madness, convirtió en virtual el draft en el que fue seleccionada y trastocó la temporada WNBA, que se está jugando en formato burbuja, con una fase regular de 22 partidos por equipo en la IMG Academy de Bradenton (Florida).
Sabrina se quedó, por lo tanto, sin poder jugar en Nueva York, su nueva casa (fue elegida por las Liberty de la Gran Manzana) y un foco mediático perfecto para la jugadora con el récord de triples-dobles (incluidos hombres y mujeres) en la NCAA (26, la siguiente marca es 12) y la única con 2.000 puntos, 1.000 rebotes y 1.000 asistencias en la universidad. En la burbuja, para colmo, cayó lesionada en su tercer partido, después de sumar ya en el segundo 33 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias. Un fortísimo esguince de tobillo le tendrá fuera de las pistas como mínimo un mes. Puede que más, y la fase regular de las Liberty acaba el 12 de septiembre. Así que hay opciones (su equipo es último en la tabla) de que su esperadísima primera temporada quede reducida a menos de tres partidos completos.
Zion maravilló en pretemporada con los Pelicans, pero sufrió una lesión de menisco justo antes de la fase regular y no pudo debutar hasta el 23 de enero. La NBA quiso aprovechar el tirón del fenómeno de Salisbury y colocó a su equipo en la jornada inaugural, en la de Navidad y en el primer partido oficial de la burbuja de Disney World. En las dos primeras citas no jugó… y en Florida tiene una restricción de minutos poco clara, sin lesión aparente y que tiene extrañados a los aficionados de unos Pelicans que van a derrota por partido, están 28-38 y ven lejos los playoffs a pesar de la creación del play in, un duelo por el último billete para las eliminatorias entre el octavo y el noveno que, según algunos, la NBA creó básicamente para avivar las opciones de los Pelicans… y de Zion, un descomunal foco de atención mediática.
Con 20 años, Zion no juega más de 15 minutos por partido, está “enfadado” según los periodistas que siguen a los Pelicans y ve desde el banquillo los momentos decisivos porque los médicos de su equipo solo le dejan jugar en los inicios de cada cuarto: “Cuando rompo a sudar, me tengo que sentar”. Promedia (su futuro sigue siendo brillante) 22,3 puntos y 6,4 rebotes. Pero solo ha jugado 21 partidos y su equipo ha perdido once. Algunos se preguntan ya si su particular físico (1,98, 130 kilos) no acabará siendo un problema en una Liga tan exigente como la NBA. Mejor pensar que no, y que el futuro es suyo a pesar de que ni él ni Sabrina Ionescu han tenido muchos motivos para sonreír como rookies.
Frustrado Zion está disgustado porque sigue con limitación de minutos