AS (Baleares)

Anfield todavía atormenta la mente del Barça

El vestuario confía en que el nuevo formato ayude a olvidar Liverpool y Roma

- JUAN JIMÉNEZ / BARCELONA

Nos bloqueamos y nos vino a la cabeza aquel partido (Roma) y cada vez íbamos a peor”. Si el Barça es el discurso de Messi, sus palabras el pasado mes de octubre fueron esclareced­oras. La noche negra del Olímpico, abril de 2018, se le apareció al equipo en Anfield, mayo de 2019. Para cuando Wijnaldum hizo el 2-0, todos supieron que sería otra noche trágica. Messi admitió que vieron fantasmas en Liverpool.

El Barça entró hace años en un bucle mental peligroso en la Champions, donde ha sido engullido por sus rivales y se ha quedado sin respuestas, futbolísti­cas, físicas y mentales, para salir de situacione­s adversas. Lo apuntó en el Vicente Calderón de 2016; y la crisis en los partidos europeos grandes explotó en el último año de Luis Enrique. Un 4-0 humillante en París, subsanado con el histórico 6-1; acompañado de un 3-0 en Turín que sí fue el final de la Champions. Luego llegaron los desastres de Roma y Liverpool. Curiosamen­te, las dos únicas derrotas europeas de Valverde, que había ganado en Londres al Tottenham, en Old Trafford al United, pero cuya trayectori­a en el Barça estuvo marcada por esos dos partidos fatales, aunque distintos. En Roma, la actitud fue penosa y la desgana terminó en tragedia. En Anfield, sin embargo, el Barça atacó el partido y mereció algún gol antes del descanso que cerrase la eliminator­ia. Pero no lo hizo y se puso a pensar que el Liverpool atacaría en the Kop en la segunda parte... Allí se alinearon astros, dioses, y se generó una atmósfera pocas veces vista que hizo posible el milagro red.

El Barça espera que este año sea distinto. Futbolísti­camente, no está mucho mejor que el año pasado o el anterior. Se diría que hasta peor. Pero tal vez el formato de la competició­n se convierta en una ventaja para luchar contra los fantasmas.

Primero, los campos vacíos. Y luego, el formato. Una Champions a partido único, sin ambientes eléctricos en contra, sin rivales que muerdan y sin malos pensamient­os en la cabeza. Eso puede ayudar al Barça a olvidar sus fantasmas. Para un equipo al que ha sugestiona­do tanto lo psicológic­o, podría resultar de ayuda para convertirl­o incluso en una ventaja. Imágenes como las de Alba en Matchday, llorando en el vestuario de Anfield cuando el resultado todavía era 1-0, son una muestra de cómo ha pesado la Champions en el ánimo de los jugadores. De lejos, parece el momento para darle una vuelta a la maldición.

Fantasmas

“Nos bloqueamos y nos vino a la cabeza Roma...”, dijo Messi

Recuerdos Imágenes como la de Alba llorando marcaron al vestuario

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Van Dijk intenta el remate en presencia de Lenglet y Piqué en el Liverpool-Barcelona de Champions.

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