AS (Baleares)

Messi, también en la revolución

-

La primera considerac­ión que hay que hacer sobre Messi es que el último partido del mejor jugador de la historia de un club no puede ser un 2-8. Al menos, no debería. Durante muchos años, Messi ha trascendid­o incluso al Barça y eso bien lo ha sabido el club. En el museo, con los títulos (hasta 34 ha llevado a sus vitrinas); y en el banco, con los ingresos. Porque, a día de hoy, qué vale más, la marca Messi o la marca Barça. Sería un interesant­e debate. Con Messi, pues, sólo puede desearse un buen final. Imaginen el que tuvo Iniesta, paseándose aplaudido por los campos de España. Pero este, apoteósico. Porque Messi ha sido y es apoteósico.

Pero ahora tiene 33 años y rendirle pleitesía por todo no es responsabl­e. El Barça ya no puede jugar más solo para Messi porque esa fórmula se ha revelado agotada desde Liverpool y ha sido humillada en Lisboa. Claro que Messi tiene años de fútbol. Los que quiera. Se ha cuidado hasta el extremo. Todavía hemos visto a Joaquín este año hacer un hat-trick con 39 y dejar ese aroma de jugador irrepetibl­e. Y hoy veremos a Jesús Navas cerca de los 35 tirar centros contra el Inter. Y hasta Silva vuelve con 34 a la Real. No es la edad, es la fórmula. Es el momento de que Messi saque al barcelonis­ta que quienes le conocen dicen que lleva dentro. Que lidere una limpieza, que enseñe a los jóvenes qué significa La Masia y por qué el Barça es mes que un club, que acompañe a la columna vertebral que debe liderar la nueva década azulgrana, que colabore con el ídolo que llega. Que mire a su alrededor. El Barça lleva muchos años mirando a Messi. Como cuando Alba sólo le mira a él desde la izquierda. Pero un Messi más humano también debe mirar al Barça y darle lo que necesita sin dejar de ser el número uno. Quién mejor que Messi para, ahora que parece que arranca una revolución, liderarla. Así también se es grande.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain