Van Aert, gregario de lujo y esprínter: “Me toca disfrutar”
El belga está al servicio de Roglic
Alos 25, Wout van Aert sirve prácticamente para todo montado en una bici: es doble campeón belga de contrarreloj, triple oro mundial de ciclocross, pasa bien las cotas, como demuestran su Milán-San Remo y su Strade Bianche, y esprinta con los mejores del pelotón. En Privas se apuntó su segundo triunfo en el Tour de Francia, tras el de su debut en
2019 en Albi. En ambas ocasiones se impuso a los velocistas con autoridad. “Simplemente trato de aprovechar mis cualidades y las pocas oportunidades que dispondré en esta carrera para brillar individualmente. Quizá no aparezcan más en el horizonte y únicamente me dedique a trabajar, por tanto la vida me sabe muy dulce”, explicó a los medios con modestia.
Porque Van Aert se encuentra centrado en una misión: “Ayudar a mi líder a conquistar el Tour. De momento, Primoz venció en la primera llegada en alto y va por el buen camino”. Sin querer, reveló un orden jerárquico que en el Jumbo tratan de no exteriorizar demasiado, ya que Tom Dumoulin tiene las mismas grandes que Roglic: un Giro (2017) por una Vuelta (2019). Durante la crono de Pau del año pasado sufrió una caída y un profundo corte en muslo y glúteo que no le dejó competir en carretera hasta la Het Nieuwsblad de febrero de este curso.
Después de su quinta victoria en 2020, se congratuló: “La etapa se adaptaba a mí y acerté. Me puse a la rueda de Cees Bol y el tren del Sunweb, supe aguardar a saltar con fuerza y rebasé a mi rival. El equipo funciona como un tiro, me permitió libertad, así que a disfrutarlo, que en el Mont Aigoual me corresponderá desempeñar nuevamente mis funciones de gregario. No me quejo, acabo de ganar en el Tour”.
Ocasión “Sabía que se trataba casi de mi única oportunidad y acerté”