Sainz vuela en Monza
El español sale tercero en el GP de Italia tras una brillante clasificación con el McLaren. Pole cómoda de Hamilton por delante de Bottas
Con los grandes, donde tiene que estar, clasificó Carlos Sainz el McLaren en Monza. Brillante desde el viernes y con la confianza por las nubes a pesar de los infortunios de esta temporada, el madrileño plantó tercero al MCL35 en el concurso de vueltas rápidas que acogió el Templo de la Velocidad. Lo trabajó, lo maduró. Se ahorró un juego de ruedas en la Q1 (una buena costumbre que debe frecuentar su equipo), buscó los límites a partir de la segunda y se guardó todo lo que tenía para el intento definitivo, con la bandera a cuadros desplegada. Con esa vuelta de genio subiéndose por las paredes (al borde del desastre en Lesmo 1 y Parabólica) adelantó por una décima a Verstappen, un rival de otra liga, y por otro puñado de milésimas al correoso Pérez, que hoy saldrá cuarto a su estela en Italia.
Es su mejor resultado de Sainz en una parrilla, repite el puesto que consiguió en el GP de Estiria del pasado julio, aunque esta vez con la pista seca. En la primera frenada se encontrará con los Mercedes, qué buen lugar para luchar y qué buena posición para defender en la carrera. Aunque el reto es enorme: competir contra un Red Bull muy superior, un Mercedes rosa, un Renault que vuela sin carga aerodinámica... todos muy buenos, aunque todos salen por detrás.
La pole fue de Hamilton con 69 milésimas sobre Bottas y aunque la distancia parece pequeña, resultó insalvable para el finlandés durante todo el fin de semana. Se batieron en igualdad de condiciones, de hecho se apreció que los dos Mercedes dejaban entre ambos suficiente distancia para que el rebufo no interfiriera, ni positiva ni negativamente. Y en todos los intentos ganó el seis veces campeón británico, que pide a gritos un rival a su altura. O quizás no. La presión de Valtteri en la primera curva puede ser la mayor dificultad a la que deba enfrentarse en todo el fin de semana.
Rebufos. Curioso espectáculo el de la clasificación de los rebufos. La posición en pista era clave, nadie quería encabezar al pelotón porque la resistencia al aire cuesta décimas en Monza. Los mecánicos aguantaban los monoplazas hasta que arrancase otro, para encajarlos luego en la cola del pit lane con precisión milimétrica. Ni muy pronto, sin rivales delante, ni muy tarde, con riesgo de no llegar a tiempo para comenzar la vuelta. Una partida de ajedrez con piezas que valen millones de euros en el que gana el que aguante más tiempo serio. Con todo, se resolvió razonablemente bien el desastre del año anterior.
La Q1, no obstante, sí tuvo mucho de loco atasco en la Tangenziale milanesa con adelantamientos a final de recta, quejas y brazos en alto. Vettel se quedó eliminado en ese primer corte con un decepcionante 17º puesto. Se ahorra el lamento de los fans italianos porque la grada está desierta, pero el panorama es igual de desolador en torno a Ferrari con un resultado lamentable, perdiendo puestos incluso con respecto a la
Al límite Carlos apuró en su último intento para repetir su mejor puesto
Ferrari Leclerc fue 13º y Vettel se quedó fuera en la Q1