Suiza perdona a Alemania
Los locales merecieron ganar ● Widmer empató tras el gol de Gündogan
Alemania esperaba en Suiza una caperucita roja, por eso de vestir de igual color, pero sucedió como en el cuento, que resultó encontrarse con un lobo. Eso sí, con mucho más aullido que con colmillo. Por suerte para Alemania. Los hombres de Löw persigueron más a sus rivales, que al revés, que se adueñaron del balón. Se mostraron muy superiores y amenazantes. La defensa de cinco de Alemania tuvo que frenar a una gran variedad de artilleros (Seferovic, Embolo, Xhaka, Benito, Widmer...). Ninguno se cohibió en probar a Leno, la novedad en el once junto a Ginter.
El guardameta cumplió en la primera parte. Se mostró seguro en los continuos intentos de Seferovic, que las tuvo de todos los colores,pero le faltó hincar el diente. Y la puntería...
A los alemanes, ante la presión suiza, les costó ir arriba. Sólo Sané y Gündogan se atrevieron a probar a Sommer y el segundo se llevó el premio. Ajustó el disparo al palo y consiguió un gol que dio aire a Alemania, que tras quince minutos, y visto lo visto, sabía que iba a sufrir. Y así fue. Todas las ocasiones eran de los locales y las tres contadas que tuvieron Draxler, Sané y Werner o se fueron desviadas o fueron anuladas.
En la segunda parte el partido se igualó y ambos golpearon. Pero fue cuando el combinado de Löw se mostraba más cómodo cuando se llevó el jarro de agua fría. Una contra de Suiza finalizó con una asistencia de Embolo a Widmer, que cruzó el balón batiendo a Leno. Otro empate, que pudo ser derrota, para Alemania y un balón de oxígeno para Suiza.