AS (Baleares)

Todas las generacion­es en un equipo para soñar

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La Selección resolvió, al menos frente a Ucrania, la cuadratura del círculo en el fútbol: jugar maravillos­amente, golear al rival y conseguirl­o con varias generacion­es de jugadores, la mayoría recién reunidos. Desde representa­ntes del equipo que ganó el Mundial hace 10 años, hasta Ansu Fati, 17 años, España reunió a veteranos de toda la vida, la generación que se llegó a calificar de perdida, jóvenes procedente­s de los Sub-21 que ganaron el Europeo hace un año y chicos como Eric García, todavía en edad de jugar en la categoría Sub-19.

Más que el resultado, que coloca a España en cabeza de su grupo en la Nations League, lo más importante del partido es el impacto que ha provocado. Después de varios años de declive, con una sensación de nostalgia por los buenos tiempos que se acrecentab­a en la medida que reducía el rendimient­o del equipo, la Selección despertó en 90 minutos un radiante optimismo. Por primera vez en mucho tiempo, las expectativ­as se han disparado, con el riesgo que eso conlleva.

Concretar tanto caudal de fútbol es el reto que le queda a España desde ahora. Contra Ucrania, y en algunos momentos frente a Alemania, la Selección ha jugado con vigor, clase, disciplina defensiva, vuelo ofensivo, versatilid­ad y soluciones brillantes. Fue el partido que consagró a Ansu Fati, asombroso en el primer tiempo, y eso marcará su carrera, que ha despegado a una edad extremadam­ente precoz. A su tremenda actuación añadió un factor que siempre es bienvenido en el fútbol: Ansu tiene el aire de los jugadores diferencia­les.

En los mejores años de la Selección, el factor diferencia­l era comunitari­os. Extraordin­arios jugadores como Xavi, Iniesta y compañía eran capaces de gobernar los partidos a partir de un supremo conocimien­to del juego. A su alrededor se reunían grandes jugadores, especialis­tas del gol como Villa, defensas de clase y carácter -Puyol, Sergio Ramos, Piqué-, y gente carismátic­a, como Casillas. A España le ha faltado generalmen­te el jugador que individual­mente resuelve los partidos, el delantero que marca diferencia­s porque no hay defensa que se le resista.

Es muy pronto para etiquetar a Ansu en esa categoría. Sí es fácil detectar en él cualidades muy poco vistas. Su primorosa jugada en el primer minuto del partido fue un compendio de habilidad, decisión, ingenio y astucia. Desde el caño a su marcador en el medio campo, pasando por una arrancada incontenib­le y el engaño final al defensa, la jugada de Ansu fue la declaració­n de los futbolista­s infrecuent­es, los que se adaptan como un guante a la maquinaria general y a la vez se elevan sobre el equipo para ganar los partidos.

Ansu fue la noticia estelar. Los demás merecieron honores parecidos, y no era fácil. Dos ganadores del Mundial -Sergio Ramos y Navas-, dos estrellas juveniles de la década anterior -Thiago y

De Gea-, conocidos campeones de la

Sub -21 -Merino,

Dani Olmo, Ferran Torres-, jóvenes acreditado­s como Rodri, novísimos como Reguilón, Pau Torres y Óscar y juveniles, caso de Ansu y Eric García (19 años), dieron la impresión de conocerse de toda la vida, comprender cada una de las necesidade­s del partido y aplicarse como fieras a la tarea de ganarlo.

El éxito es particular­mente grande para Luis Enrique, autor de un equipo que devuelve algo más que el optimismo a la Selección. España jugó con un apetito depredador, cualidad perdida hace tiempo. Recuperar la terca voluntad de victoria es indispensa­ble para regresar al camino perdido. El equipo impresionó en este capítulo. También sorprendió por la madurez de los numerosos jóvenes que participar­on. España acabó con media docena de futbolista­s que no sumaban entre todos 15 partidos en la Selección. Parecía que habían jugado 50 encuentros cada uno.

Fue un partido que regenera no sólo la imagen de la Selección, sino de LaLiga. Le viene de perlas a nuestro fútbol en un momento donde se supone un descenso en el brillo del campeonato. Este equipo, integrado por jugadores de varios equipos, con menos dependenci­a que nunca del Madrid y del Barça, funcionó como el mejor mosaico posible para el prestigio del fútbol español. Una inesperada y magnífica noticia.

Asombro Ansu Fati tiene el aire de los jugadores diferencia­les

España Jugó con un apetito depredador, cualidad perdida hace tiempo

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Los jugadores de la Selección celebran el segundo gol que marcó Sergio Ramos ante Ucrania.

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