A golpe de riñón
Caleb Ewan suma su segunda victoria en un ajustado esprint a cuatro Caleb Ewan gana el esprint de la 11ª etapa por delante de Bennett Sanción para Sagan Ion Izagirre deja la carrera por una caída
EI esprint mereció la pena, aunque la etapa no dio para más. Ganó Caleb Ewan, el menudo ciclista australiano del Lotto-Soudal, que suma así su segunda victoria en el Tour y la quinta si añadimos las del año pasado. Los cuatro primeros entraron metiendo riñones, codo con codo. Ewan, pegado literalmente a Sam Bennett, el vencedor del día anterior. Peter Sagan y Wout van Aert, más a la derecha, en plena riña después de un forcejeo peligroso en el que el eslovaco logró hacerse hueco marrulleramente por las vallas. El jurado descalificó a Sagan. Y Van Aert le dedicó una peineta. Fue la resolución de una volata entre cuatro ganadores habituales, cuatro ciclistas acostumbrados al podio… Y al riesgo.
La etapa no anunciaba escollos hasta su último tramo, por lo que el pelotón rodó hasta entonces con relativa calma, si se puede llamar tranquilidad a hacer una primera hora a 42,3 km/h. Así que hubo que centrar la atención en otros focos. Principalmente en dos nombres, en dos corredores más modestos, que nos mostraron dos caras del sufrimiento. Uno, Matthieu Ladagnous, el aventurero solitario. El otro, Gregor Mühlberger, debilitado por la enfermedad.
Ladagnous saltó en el inicio de la etapa, seguramente pensando que llevaría compañía durante el trayecto. De primeras, nadie le secundó. Y después, cuando lo intentaron otros, el Jumbo prefirió alargar su soledad. Primero arrancó DeClerq. Luego, un grupo de seis. Pero ni uno, ni los otros tuvieron el plácet del pelotón. Ladagnous se quedó solo durante más de cien kilómetros, contra el viento, sin ninguna posibilidad, pero con el rol asumido de enseñar el maillot del Groupama-FDJ, que en principio tenía cotas mayores asignadas en este Tour, centradas en Thibaut Pinot.
El francés estuvo más de tres horas escapado, tiempo suficiente para repasar su vida. Ladagnous nació en los Pirineos, en Pau, pero es natural de Nay, el mismo pueblo de Raymond El Toro de Nay Mastrotto, ganador de una etapa en 1967, precisamente en Pau. Y se formó en la escuela de Dominique Arnaud, otro ciclista de la zona, de Dax, excompañero de Indurain y Delgado en el Reynolds y el Banesto, tristemente fallecido en 2016. Nuestro protagonista de hoy, de
35 años, lleva 15 temporadas como profesional. En sus inicios fue pistard, campeón de Francia en varias modalidades, mientras que en ruta ha logrado victorias en vueltas de segundo rango, en el Limousin, en Valonia, en Dunkerque… Un rodador veterano que cumplió su misión: enseñar el maillot. A 43 kilómetros fue cazado. No iba a ningún sitio, pero se ganó el premio de combativo del día.
Mientras Ladagnous fundía sus tres minutos de ventaja, las cámaras también buscaban a
Mühlberger, un austriaco de 26 años, compañero de Sagan y Buchmann en el Bora, que se abrigaba más que el resto mientras penaba por mantener el ritmo con una pedalada alicaída. Estaba enfermo, pero se resistía a bajarse. Su última imagen le enseñó a 38 kilómetros de la meta, sentado en el coche de su equipo, cabizbajo, emocionado, derrotado… No pudo más.
El momento coincidió con la cabeza en plena tensión. El viento amenazaba, había que estar atentos. A 30 kilómetros, un estrechamiento provocó una montonera. Se vio por los suelos a Rojas, a Neilands y a Ion Izagirre, que fue el peor parado y tuvo que ser evacuado a un hospital de Poitiers. Adiós al Tour. Aquí no hay etapa tranquila, por muy tranquila que parezca.
Retirada Ion Izagirre abandonó por una caída, con Rojas implicado