Los velocistas no ven el peligro

La llegada de la 11ª etapa del Tour de Francia fue espectacular, con cuatro de los mejores velocistas del momento (Ewan, Bennett, Sagan y Van Aert) codo con codo. Desde la tele ves cómo los ciclistas que se meten en este tipo de llegadas son capaces de hacer cosas inverosímiles y también observamos el riesgo que corren. Pero parece que ellos no, además de eso que se dice de que para ser esprínter hay que estar un poco loco. También lo vimos en la primera etapa de Tirreno en la remontada de Ackermann. Ven un hueco y tienen milésimas para decidir si caben o no. ¡Y a veces no entran! Eso le pasó a Sagan, que no obstante está bien descalificado. Pero no creo que quisiera tirar a Van Aert... fue un gesto casi inconsciente.

Los esprinters siempre han convivido con el peligro, no es nuevo. Yo nunca estuve en esa situación, lo veía desde atrás, pero sí viví las caídas, algunas muy graves, que se producen en esas circunstancias. Es una especialidad de alto riesgo. Por eso también me extraña tanto que el Jumbo-Visma permita a Van Aert meterse en las llegadas. Entiendo que el corredor está fuerte y quiere ganar, pero una vez que ya suma dos triunfos, pienso que su labor trabajando para el maillot amarillo, y más viendo lo fuerte que está, puede ser crucial hasta París. No estaría de más verle alguna vez guardar fuerzas a cola de pelotón como se ve a veces a los escaladores en las etapas llanas.