AS (Baleares)

El mismo Nadal

El número dos del mundo reapareció en Roma tras 200 días de parón arrollando a Pablo Carreño en dos sets

- JESÚS MÍNGUEZ /

ARafa Nadal le tocó ver ayer la luz al final del tunel. Tras casi siete meses, exactament­e 200 días de parón competitiv­o por la pandemia, retornó sobre la tierra de Roma tras saltarse por precacauci­ón la gira estadounid­ense que reinició el tenis. Derrotó por un doble 6-1 en 1h:14 a Pablo Carreño, reciente semifinali­sta del US Open para más señas. Con más facilidad de la prevista, soltando un brazo que fue generando más vatios a la vez que se apagaba la energía del asturiano.

Las estatuas de mármol del Foro Itálico fueron testigos mudos del recital. Las gradas del vetusto recinto vacío de público estuvieron salpicadas, eso sí, por la gente del tenis, dispuesta a testar el estado del rey de la tierra. Porque el nueve veces campeón del torneo no jugaba un partido desde el 29 de febrero en Acapulco, donde ganó el torneo. En una carrera golpeada demasiadas veces por las lesiones, sólo una vez, a caballo entre 2012 y 2013, permaneció más días parado. Fueron 221, por una rotura del tendón rotuliano de la rodilla izquierda y una hoffitis. Entonces, retornó en Viña del Mar (Chile) con muchísimas dudas. En esta ocasión, su preocupaci­ón no radicaba en el físico, sino en las sensacione­s frente a la presión del circuito y el ritmo.

Y lo encontró enseguida. Tras un par de juegos de cierto desajuste (Carreño dispuso de una bola de break de inicio), Nadal rompió para 3-1, logró otro quiebre para 5-1 y en 35 minutos selló la primera manga. Con un 59% de puntos ganados al resto en modo muro.

Con chispa. Tirando de repertorio y sacando a pasear un muy efectivo revés cortado que resuelve situacione­s complicada­s.

Nadal, terror de una Armada que lidera (155 partidos ante españoles y 135 victorias), se reencontró con buenas sensacione­s. Y con un Carreño al que le pesaban las piernas. Llegó a Roma, pasó el test de coronaviru­s, disputó un dobles junto a Alex De Miñaur y se dispuso a dar batalla a Nadal. Quizá demasiado. Su motor respondió mal a la exigencia. En el segundo parcial, aunque Nadal no estuvo a tope con el servicio, su peso de bola acabó por hundir al ahora 18º del mundo con otros tres breaks. Acabó con 20 golpes ganadores y 11 errores no forzados. Sin contestaci­ón. Su rival en tercera ronda saldrá hoy del Milos Raonic-Dusjan Lajovic.

Las estatuas del Foro, que llevan ahí desde los años 20 del siglo pasado, ya saben que su gladiador está de vuelta. Y en forma.

Lesiones Sólo una vez, entre 2012 y 2013, estuvo más tiempo parado

Rodillo Carreño, semifinali­sta en el US Open, tuvo una sola bola de break

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