Gloriosa saga Esnáider
Juan, hijo del legendario exdelantero, fulminó a un Eibar patético con un doblete ● El Navalcarnero, en octavos
Sería imposible entender lo que ha sido la Primera División española sin nombres como Juan Eduardo Esnáider. Es uno de los delanteros más voraces que han pasado por nuestro país. De su personalidad y hambre de gol pueden hablar los entrenadores que le dirigieron, especialmente Víctor Fernández. Su travesía entre nosotros dejó más vestigios. Como dos hijos que ahora juegan en el Navalcarnero (trajo al mundo a tres más, pero una desgracia le arrebató a uno de ellos): el delantero Juan (28 años) y el mediocentro Facundo (19), que ayer pidió a Pedro León la camiseta porque es uno de sus ídolos, ya que le entrenó su padre en el Getafe en 2016. Pues bien, Juan, tocayo, se merendó con un doblete a un Eibar patético, el peor equipo armero desde el ascenso. No le interesa la Copa, solo le resta energía y le aporta disgustos, pero podía haber tenido más disimulo a la hora de tirarla. Ya anda con el gesto torcido desde el año pasado con esta competición y le provoca escalofríos.
El Naval, de Segunda B, es desde la última nevada uno de los clubes más entrañables de España. No sólo ha sido ejemplar su forma de apartar el manto blanco, una movilización que para sí quisieran el resto de clubes madrileños humildes supervivientes en la Copa. Es que está jugando el torneo del KO como un grande, pasaportando a Badajoz, Las Palmas y, en su primer partido de la historia ante un equipo de élite, Eibar. Marcó Muto y los armeros pensaron que les valdría para pasar sin despeinarse. Un penalti discutible de Cubero permitió empatar a los madrileños con Jaimez (menudo tiro, sin moverse, a lo Aduriz). Luego llegó la exhibición de Esnáider. Esta vez no estaba el hombre milagro Bryan Gil, tocado, para salir del apuro como ocurrió ante Las Rozas.