Mallorca y Espanyol, en el gran partido de Segunda
Luis García y Moreno se tienen ganas por subir del partido
Una tragedia por actos, con todo el picante posible, son los enfrentamientos entre Mallorca y Espanyol. En Son Moix cayó David Gallego la temporada pasada, y en Cornellà enterró Vicente Moreno –entonces bermellón– buena parte de sus opciones de permanencia. El primer choque de esta campaña, 0-0 en la segunda jornada, llegó demasiado pronto. Pero la guerra fría no ha dejado de sucederse en todos estos meses, por lo que hoy no pueden aparecer más ingredientes de capítulo final, por mucho que, en Segunda y en la jornada 25, no lo vaya a ser en absoluto.
El regreso de Moreno a la isla no lo hubiera preparado mejor su peor enemigo. Ni el propio Luis García Plaza. Con el Mallorca como líder desta- cado, a cinco puntos, cuando se había acostumbrado a serlo un Espanyol que lleva tres jornadas sin ganar y solo una victoria en las últimas cinco. Que ha perdido la contundencia en las áreas, por bien que mantiene la solvencia de su pichichi Raúl de Tomás. Escenifica el delantero esa diferencia de paradigma respecto al Mallorca, más coral –Amath, Abdón Prats y
Dani Rodríguez, por poner un ejemplo, son sus máximos realizadores, con seis goles cada uno– y que está en ese momento de gracia en que todo le acompaña.
Acaso la única pega es Joan Sastre, que no se ha recuperado a tiempo, un mal menor teniendo en cuenta que Fran Gámez sí podrá ocupar el lateral diestro. Es la novedad bermellona. La perica, un Sergi Darder que siendo mallorquín nunca ha jugado en Son Moix. Que si el presupuesto, los favores arbitrales, el favoritismo... Los mensajes cruzados darán paso hoy al balón, la forma más noble de resolver los conflictos del fútbol.