Leonas con garras
Paliza a Países Bajos (87-0) para lograr su quinto Europeo seguido
España es campeona de Europa de rugby femenino por quinta vez seguida, la octava en total, tras pasar por encima de Países Bajos (87-0) en la final disputada ayer en el estadio Pedro Escartín de Guadalajara. No han leído mal, aunque semejante hecho venga con un asterisco aparejado.
Porque eso que llaman Europeo ha sido un torneo a tres bandas entre España, Países Bajos y Rusia. Y el año pasado fueron las mismas más Alemania. Y realmente no ha habido grandísimas variaciones en el formato desde el advenimiento del Seis Naciones femenino. Un torneo privado que elige a sus miembros y que lleva tiempo sin tener a España entre sus preferencias por mucho que su composición actual no refleje la realidad del rugby europeo. Huelga decir que esto no resta mérito al inmenso trabajo de las Leonas. Ellas simplemente llegan hasta donde les dejan y no pueden competir allí donde no son bienvenidas.
Lo de ayer fue la enésima señal para las altas esferas del juego. Un partido que estaba escrito desde antes incluso de que Lide Erbina abriera la cuenta en el primer minuto de juego. Una escabechina histórica de un equipo que está a una distancia sideral de sus rivales en el segundo escalón del rugby continental.
Hasta 15 ensayos firmaron las Leonas para la mayor diferencia del histórico entre ambos conjuntos, que ya acumula diez partidos. Un total de nueve jugadoras se llevaron un posado de la Alcarria: la citada Erbina hizo dos; Bea Domínguez, otros dos; María García, dos más; Alba Vinuesa, hasta cuatro, y uno por cabeza anotaron Laura Delgado, Amalia Argudo, María Losada, Saioa Jaurena y Elisabet Segarra.
Historias para no dormir del rugby internacional aparte, este nuevo título supone un paso de gigante para la Selección en su camino al Mundial. La próxima final a vida o muerte será, en principio, el 13 de marzo ante Irlanda en Madrid, aunque aún falta la confirmación de World Rugby.
Mundial. Ganar ese partido da derecho a enfrentarse al vencedor del Escocia-Italia por una plaza en el Mundial de Nueva Zelanda del próximo julio. El perdedor irá a una repesca internacional en la que sería el favorito (además estarían Kenia o Colombia, un equipo oceánico y otro asiático). La mitad fácil del camino ya está recorrida, y sin sobresaltos. Ahora vienen las curvas.