Trabajo fácil
Canelo Álvarez necesitó solo tres asaltos para noquear a Avni Yildirim y anunciar su próximo objetivo: Billy Joe Saunders, el 8 de mayo, para unificar el supermedio
Tardó más tiempo Canelo Álvarez en pisar el ring que en deshacerse de Avni Yildirim para retener los Mundiales CMB y AMB del supermedio. El mexicano era muy favorito, pero se esperaba algo más de oposición del turco, quien ni tan siquiera pudo conectar un golpe al tapatío. No fue un rival digno. Tres asaltos bastaron para que en la esquina del aspirante no le dejasen salir al siguiente. “Vengo de derrotar al mejor (a Callum Smith) en diciembre. Mi objetivo es unificar la división y por eso tenía que luchar contra Yildirim (el retador oficial CMB, con el que podía perder el cinturón si no se enfrentaba). De otro modo no lo hubiese hecho. Debía venir aquí y noquear. Ocurrió así”, apuntó Canelo sobre el ring.
El mexicano, de 30 años, es el mejor boxeador del momento y como tal cumplió con su plan sin romper a sudar. Fue un guanteo con público, un trabajo fácil, y después llegó el anuncio que todos los aficionados esperaban. El 8 de mayo aguarda Billy Joe Saunders (30-0, 14 KO), campeón OMB de 31 años y primo del campeón de los pesados, Tyson Fury, para intentar sumar tres de las cuatro coronas de la categoría. Ese día sí será un pleito que le hará exigirse. En Miami le tocó disfrutar y hacer caja, ya que cobró 20 millones por la pelea y se estima que sus ingresos crezcan hasta los 30 gracias a patrocinadores, taquilla (hubo 15.000 fans en el Hard Rock Stadium) y porcentajes derivados de las retransmisiones televisivas.
Canelo estuvo muy relajado durante toda la noche. Sabía que era muy superior y se vio en el vestuario. No le importó interrumpir varias veces el calentamiento para sacarse fotos con las personalidades que le iban a visitar. Posteriormente, el cantante J Balvin cantó un tema para caldear al público... y con el siguiente entró él (Yildirim ya se encontraba en el ring). Desde que pusieron su vídeo de entrada, ambientado en el Miami de los 80, hasta que pisó la tarima transcurrió casi el mismo tiempo que duró el combate. Una vez que sonó la campana la diferencia era abismal. Álvarez iba a otro ritmo, y eso que no apretó. Empezó trabajando con la mano adelantada y se quitaba los golpes con un pasito atrás o con media cintura. Fácil. Antes del segundo, Eddy Reynoso, entrenador de Canelo, le dijo que sacase la derecha para comenzar a dañar al oponente. Dicho y hecho.
Exhibición. El segundo round fue un festival de uppers del mexicano, quien los impactaba indistintamente con sus dos manos. Un espectáculo. Yildirim estaba achantado. Estaba arrugado, casi sin sacar sus manos, e iba muy cerrado... y aun así acumulaba castigo. En el tercer acto Canelo apretó muy poquito, lo necesario para acabar con el trámite. Clavó más sus golpes y logró una caída. Con la izquierda abrió el camino y con la derecha sentó a Yildirim. Se rehízo el turco, y el mexicano tampoco se quiso cansar. Quedaba tiempo, por lo que decidió dominar y esperar. El final estaba muy claro.
En la esquina del turco intentaron despertarle y le dijeron que le quedaba “un asalto”. Si hubiera continuado así le paraban la pelea... pero ni eso. Ya no salió. No merecía la pena, pues se estaba llevando una paliza que no iba a revertir ,y lo único que le podía pasar era terminar noqueado de mala manera. Canelo realizó su labor, la realizó bien y Yildirim ni dio guerra. Demérito suyo por no hacer nada, pero también mérito de Álvarez, que le impidió extraer la preparación por el miedo a ser conectado y noqueado. Trabajo fácil para Canelo y a por el siguiente punto del plan para agrandar todavía más su leyenda: Billy Joe Saunders.
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