AS (Baleares)

¡Hasta el final!

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Aspirante a campeón. Reconozco que en la noche del miércoles me dolió ver cómo la afición del Atleti celebraba con fuegos artificial­es el triunfo sobre la Real Sociedad entonando ya por adelantado el “Campeones, campeones”. ¿Qué pasa? ¿El Madrid no iba a acudir siquiera a jugar a Granada? Esa falta de respeto y de fe en la tropa de Zidane me resultó inexplicab­le. En la genética de los blancos está un lema que cantaba siempre su afición en el Bernabéu cuando la pandemia no nos tenía encerrados en casa: “¡Hasta el final, vamos Real!”. Pues eso. No descarten que el aspirante sume otra victoria el domingo en San Mamés (aunque sea con 24 horas menos de descanso y con un viaje de regreso infame). Y eso nos llevaría a una última jornada electrizan­te, con un ojo puesto en Pucela y otro en Valdebebas. Este equipo lleva una temporada remando río arriba y nadie le va a obligar a sacar la bandera blanca de rendición antes de tiempo. Al revés, esperan ondear el 23 de mayo la bandera blanca que celebre el título 35 de Liga. Aquí nadie pierde la fe. El Atleti, que ya prepara la fiesta de campeón para el domingo por si pincha el Madrid en Bilbao, le puede pasar como el Barça de Messi, que creía tener la Liga Granada y el martes comprobaro­n que esto ya no hay quien lo Levante...

Un banquillo electrific­ado. Ayer se celebró el Día Mundial del Entrenador de Fútbol. A bote pronto quiero acordarme del histórico Miguel Muñoz (14 títulos con el Real Madrid), de nuestro actual Zinedine Zidane (11), del añorado Luis Molowny (8) y del maestro Del Bosque (7). Son los cuatro técnicos más laureados del equipo más grande de la historia de este deporte. Por eso no es bueno discutirle­s. Cuando vi el once de Zizou para Los Cármenes pensé, burro de mí, que el francés empezaba a arrojar la toalla. En el banquillo reposaban 210 millones de euros: Hazard (100), Odriozola (30), Isco (30), Kroos (25) o Mariano (22). Añadan el talento hibernado de Asensio (3,9). Pues al final los chavales se salieron, dando una lección a los veteranos que se quedaban en el banquillo. Marvin, 20 años, hijo de Akeem Olawale (nigeriano) y Hye Sook Park (surcoreana), fue una flecha por la derecha, hasta que Machis le hizo una entrada terrorífic­a por detrás que fue roja para toda la Humanidad menos para Gil Manzano ‘El Complacien­te’. Se fue lesionado. Y Miguel Gutiérrez hizo de Marcelo y Mendy juntos. El madrileño, al que quiso llevarse Mou al United en 2017, se matriculó a sus 19 años como lateral de presente y futuro. Dio una gran asistencia a Modric en el 0-1 y no le quemó el balón en los pies. Esa asociación con Luka (imperial de nuevo el croata a sus 35 maravillos­os años) reivindicó el gran eslogan histórico de este club: Veteranos y Noveles.

Chapeau, Granada. Solo sobraron las patadas alevosas del citado Machis, de Eteki (a Valverde y Rodrygo) y de Quina (a Hazard). Los tres debieron ir a la calle por su violencia. Pero el Granada es otra cosa y en su partido 56 de la temporada se merece un aplauso de todo el fútbol español. Diego Martínez se merece un homenaje junto a La Alhambra. Este equipo ha demostrado que el corazón puede con todo. Lucha eterna.

La afición cree. Este impactante triunfo va por mi amigo Antonio Romero en su cumpleaños (eres el mejor y lo sabes), por la peña ‘Los Elegantes’ de Honrubia (Cuenca) y va por la familia y los amigos de mi admirado Gil Almagro, de la peña de Aljucer (Murcia), que nos ha dejado para siempre esta semana. Era un buen hombre y un madridista de bandera. Gente como él se merece que nuestros jabatos luchen por el título hasta el último segundo del último día. Campeones, no estáis solos. ¡Vamos!

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Modric y Miguel Gutiérrez se abrazan tras el gol del croata.
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