AS (Baleares)

Neptuno, la convicción y los triángulos del Atlético

- KIKO NARVÁEZ

Lo mejor del encuentro ante la Real es que los del Cholo salieron desde el inicio a ganar.

En esta Liga tan apasionant­e, donde a falta de tres jornadas estaba todo tan comprimido, daban más ganas de analizar la clasificac­ión que la pizarra. Porque lo que ya sólo vale, como diría el Sabio, es ganar, ganar, ganar y sumar. Nadie se acordará del juego de esos encuentros en Neptuno, metafórica­mente señoras y señores, que no estamos para aglomeraci­ones. Pero al final, la conclusión al examinar las dos últimas actuacione­s de los rojiblanco­s, una es la consecuenc­ia de la otra. El partido de la Real Sociedad fue una prolongaci­ón de lo vivido en el Camp Nou, donde los del Cholo revivieron momentos de la primera vuelta: ir, en vez de esperar. En una demostraci­ón de personalid­ad y convicción (lo que más destaco), fueron los rojiblanco­s en busca de los de Imanol desde el pitido inicial, cortocircu­itando su gran virtud que es el riesgo que asumen en la salida de balón con Zubimendi, para atraer al contrario, y con Oyarzabal de cartero, aprovechar la verticalid­ad de Isak, Portu y Barrenetxe­a para romper en profundida­d.

No les valió a los del Cholo el primer gol y fueron a por el segundo y se desató un huracán rojiblanco de 35 minutos que bien pudo suponer la sentencia del partido con un pelín más de eficacia y puntería en los últimos metros. Mucha culpa de ello la tuvo el carrilero solitario en banda izquierda, Carrasco, como el tridente en banda derecha, Trippier, Correa y Llorente. Cuanto bien se hacen entre ellos. Es un triángulo perfecto: la finura del inglés es el condimento ideal para los giros de Correa y los desmarques de ruptura de Marcos, sin lugar a dudas el MVP del campeonato, algo que por muy injusto que parezca, solo se otorgará en caso de campeonar, es el único camino para ser protagonis­ta en la historia de LaLiga.

Al triángulo perfecto del inglés, el argentino y el madrileño hay que sumar otro triángulo formado por Oblak, Savic y Koke. Sí, ese Koke, mariscal de campo, que sabe lo que es ganar con el Atleti desde que era un cachorro de la Academia colchonera (que foto más bonita tan pequeñito, con su copita y su escudo del Atleti). ¡500 partidos con la colchonera, Kokiño! Y Savic, que es la prolongaci­ón del Cholo en el campo, que solo le falta el acento argentino para parecerse a aquel Simeone que nos puso las pilas en el Doblete del 96. Y qué decir de ese Oblak, que si el Atleti logra campeonar, será por sus paradones que son como hat tricks, con una intervenci­ón por encima del resto, la parada galáctica que le hizo a Messi en el Camp Nou. Todos y cada uno, con los impagables goles de Luis Suárez, han sumado y todos y cada uno, desde los dueños al utillero, han demostrado convicción y ambición para ser campeones. Y así deben seguir ante Osasuna y Valladolid para conseguir esa merecida (y virtual) visita a Neptuno.

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Simeone celebra el triunfo..
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