Valcarce silencia Castalia
La Ponferradina gana con autoridad al Castellón el partido del retorno del público al fútbol profesional
El fútbol con gente es otra cosa. Suena diferente, las jugadas ganan en tensión y emoción, los sonidos de dentro del campo ceden el protagonismo al griterío de la grada. El fútbol es más fútbol.
2.640 fueron los privilegiados en Castalia de vivir el primer partido profesional con público en las gradas y se hicieron notar como los miles de aficionados que apretaban los puños desde sus casas. Un paso a la esperanza. Una fiesta en petit comité. El feudo albinegro hasta la bandera habría supuesto puntos en el casillero. La afición no ha esperado dos años, sino diez para volver a ver a su equipo sobre el verde en el fútbol profesional. Que fueran los primeros es casi justicia poética.
La Ponferradina, lejos del playoff, llegó a Castalia a disfrutar de la fiesta y a practicar buen fútbol. Los de Bolo se hicieron con el esférico en los primeros compases, pese a que el Castellón, espoleado por su público, acumulaba ocasiones en la portería de Manu. Quizá la grada generó mayor sensación de peligro que las propias acciones, pero hasta en 12 ocasiones remató el conjunto de Garrido. Si bien es cierto que el gol cayó del lado de los visitantes, en una jugada aislada, con Óscar Sielva rematando con sutileza al ángulo tras cazar un rechace en el área.
Garrido, con cuatro cambios tempraneros, y un público encendido trataron de jugar su papel, y lo cierto es que por momentos el Castellón rondó el empate, pero los espacios que cedía a su espalda eran oro puro para las contras de una Ponfe que no consiguió llevar el encuentro a su terreno, pero sí favorecerse de las circunstancias. Con campo para correr, Valcarce se midió hasta en tres ocasiones con Whalley para acabar sentenciando el choque y silenciar Castalia.