New York, New York
El baloncesto de la Gran Manzana despierta con los Knicks en playoffs y los Nets como aspirantes al anillo
Los neoyorquinos suelen decir que su ciudad es la mejor del mundo también en deportes por milla. Allí nadie tiene más aficionados que los Yankees, el histórico de la MLB en su guarida del Bronx. Pero, en sus entrañas, Nueva York es una ciudad baloncesto. De la jaula, The Cage, la mítica pista en West 4th Street Courts, a las leyendas callejeras de Rucker Park, en pleno Harlem. Y los Knickerbockers, claro. New York Knicks, el equipo de La Meca, el Madison Square Garden en el corazón de Manhattan.
Según la última actualización de Forbes, solo los intocables Dallas Cowboys de la NFL, el equipo de América, supera en valor (5.700 millones de dólares) a Yankees (5.250) y Knicks (5.000), que se colocan por delante de Barça, Madrid, y otros dos NBA, Warriors (4.700) y Lakers (4.600). Los Giants (NFL) son novenos en un Top10 con tres equipos de la Gran Manzana. Más allá, en el puesto 40, aparece Brooklyn Nets, séptimo más valioso si se considera solo la NBA (2.650 millones).
Pero la realidad es que los Nets van disparados desde que dejaron Newark, en la apartada New Jersey al otro lado del Hudson, y se mudaron a Brooklyn en 2012. En 2019 se hicieron con Kevin Durant y Kyrie Irving, que querían jugar juntos en Nueva York, pero rechazaron a los históricos Knicks, obligados de pronto a defender su ciudad contra un enemigo que esta temporada ha sumado a James Harden. Y que, con ese big three atómico, avanza hacia playoffs como uno de los equipos con más posibilidades de ganar el anillo.
Pero los Knicks han respondido a ese directo a la mandíbula. Y, frente al glamour de su vecino, su fórmula es dureza, baloncesto de defensa y vieja escuela y una competitividad inesperada. Con un sargento como Tom Thibodeau a los mandos y un equipo liderado por Julius Randle, el eterno
Derrick Rose y el emergente RJ Barrett. Los Knicks, y no se contaba con ellos, estarán en sus primeros playoffs desde 2013. Pelearán desde abajo, con pocas vías reales hacia una cima del Este por la que lucharán, a priori, Sixers, Bucks, Heat… y estos Nets de videojuego.
Los Knicks siempre han mirado a los Nets con superioridad. Por ahora, la ciudad sigue siendo suya. Pero los Nets devoran camino en la batalla de los barrios (the battle of the boroughs): Manhattan contra Brooklyn con todo el planeta mirando. Y una rivalidad con números curiosos (106-106 en duelos en temporada regular, 5-5 en partidos de playoffs) y muchas cuentas pendientes. Los Knicks, dos veces campeones de la NBA (1970 y 1973), pusieron muchas piedras en el camino de los Nets, que ganaron dos veces la inolvidable ABA (1974 y 1976) antes de integrarse en la NBA… a pesar de los Knicks, el único equipo junto a los Celtics que está en la NBA desde su creación (1946) y sin cambiar de sede. Cuando los Nets (todavía como Americans, en 1967) quisieron jugar en Manhattan tras su nacimiento, se encontraron con el no de los Knicks, que en 1976 pleitearon para que la NBA obligara a los Nets a pagarles 4,8 millones por invadir su terreno. La jugada dejó a los Knicks con dinero… y una histórica oportunidad en el limbo: los Nets ofrecieron a cambio de que les perdonaran esa deuda el contrato del mítico Julius Erving, el Doctor J, que acabó en Philadelphia 76ers tras la negativa de los Knicks a sellar así la paz.
Los Nets, un equipo de póster que trata de amasar su propia base social, se ha encontrado en los titulares de esta temporada a los Knicks, un grupo de outsiders en formato guerrilla cuyos éxitos son celebrados con histeria en Nueva York. Los dos, Nets y Knicks, estarán en playoffs. Uno va a por el anillo para labrarse un futuro, el otro a por el orgullo perdido de su ilustre pasado. No va más en la ciudad que nunca duerme.
Billete Los Knicks vuelven a las rondas finales tras ocho años
Balance Ambos equipos están empatados a 106 triunfos
Trío Los Nets han unido a Durant, Irving y Harden