“En 2021 he estado más en el hospital que en la pista”
Toni Abadía explica sus problemas de salud a AS
Atleta querido y respetado, Toni Abadía (Zaragoza, 30 años) está pasando por meses complicados. Campeón de España de 5.000, 10.000, cross y 10 km en ruta, y medalla de bronce en el Europeo de Amsterdam 2016, ve como Tokio se aleja definitivamente por unos dolores de estómago que le impiden hacer vida rutinaria y entrenar con normalidad... y sin diagnóstico que lo explique.
“Me han hecho todo tipo de pruebas: endoscopia, colonoscopia, enema opaco, alergias alimentarias... y sale todo bien. Me consuela saber que no es nada grave, pero no puedo entrenar ni hacer vida normal y este 2021 se está haciendo muy difícil. Hay un componente emocional que me está generando episodios de ansiedad, pero no sabemos si el estómago está mal por la ansiedad o la ansiedad está provocada por los problemas de estómago. La última opción es buscar ayuda psiquiátrica”, asegura a AS.
Abadía explica los síntomas: “Me impide dormir, tengo dolor, acidez, reflujo, me despierto por la noche con sensación de hambre... No sé si es de origen intestinal, si tiene que ver con la operación de vesícula tras Río, efectos secundarios de la Covid-19... Las hipótesis son muchas, pero estoy en un camino empedrado con muchas noches de hospital y sensaciones desagradables porque a veces te pones en lo peor y la cabeza juega malas pasadas. En 2021 he estado más en el hospital que en una pista de atletismo”.
La imposibilidad de un plan organizado le lastra. Eso y las recaídas. “Me afectan mucho. No tener continuidad es un desastre para un deportista de alto nivel. Cuando la cosa parece mejorar regresa el problema y te frustras. No puedo seguir parcheando. Al componente físico se le añade el estado anímico y emocional de dudar sobre si será crónico. Tengo un patrón nervioso por la fobia a volar y trabajo en ello, pero es verdad que si compito en el extranjero lo hago peor que en España. Eso acumulado puede generar que los nervios vayan al estómago y provoquen irritación. Quizá puede venir de ahí o influir en el problema”, afirma.
El atletismo se abre paso tras la pandemia y Abadía explica qué le hace sentir: “Tus compañeros empiezan a competir y tú no puedes. Tienes que hacer terapia, por ejemplo, dejando de ver atletismo porque te genera hasta fobia ver una competición y pensar que estoy muy lejos de estar ahí. No quería hacer muy pública mi situación porque me daba reparo ya que hay gente que lo está pasando muchísimo peor que yo en otros ámbitos”.
Tokio. Tema duro. Con entereza, explica: “Hablar de competir en Tokio sería una frivolidad. Estoy muy lejos de mi forma física aceptable, que no idónea, y reconocer públicamente que ya no está en mi cabeza ir a Tokio duele. Siempre pensaré que algo se me escapó y que no pude ni pelearlo”. Aún así, quiere ver el vaso medio lleno: “Si me preguntas si firmo renunciar pero doy pronto con la solución digo que sí. La salud es lo primero y necesito dormir bien y descansar. Te afecta al temperamento, te vuelves irascible, lloras sin motivo... Es difícil de digerir, vas cumpliendo años y te planteas cosas. Quizá es momento de planificar el futuro más allá del atletismo”.
Sin diagnóstico “A veces te pones en lo peor y la cabeza te juega malas pasadas”