La bandera de Europa
El camino histórico del torneo reconoce el papel del fútbol en la sociedad De Yashin a Cristiano, las estrellas dominaron el mapa Aforos reducidos y seguimiento televisivo en 226 territorios en esta edición
No hay evento que escenifique mejor la evolución histórica de Europa en los últimos 60 años. Desde distintas perspectivas, la Eurocopa, antes Copa de Europa de Naciones, ha seguido un recorrido similar al del continente. Superó las tensiones políticas iniciales, aumentó el número de participantes, afianzó su impacto popular y trascendió a su papel de mero espectáculo deportivo. El fútbol es algo más en Europa. La diversidad geográfica de las sedes, el vínculo de las estrellas con los aficionados y el efecto analgésico que tendrá esta edición tras el trauma pandémico prometen reforzar la relevancia del torneo en el mapa mundial. Se verá hasta en 226 territorios. La televisión se hace más necesaria que nunca por la reducción de los aforos en los estadios.
Si los Yashin, Beckenbauer, Van Basten, Platini o Xavi dejaron huella, ahora serán Mbappé, Kane, De Bruyne, Modric o Pedri, con el eterno Cristiano, los que asuman el protagonismo. El crack portugués, jugador con más partidos, minutos y goles en la Euro, ambiciona engordar sus registros y retener el título pese a que todos los modelos predictivos dan a Francia como favorita. Las ocho asistencias de Poborsky (Chequia) suponen un nuevo desafío para Cristiano (6). La Eurocopa mirará también a los nuevos. Finlandia y Macedonia del Norte debutan y aspiran, aunque de forma tímida, a recoger el testigo de la Gales de Bale en 2016 que llegó a cuartos de final en su estreno. España casi siempre ha estado ahí. Desde aquel gol de Marcelino en 1964 hasta el doble éxito consecutivo entre 2008 y 2012. Hoy el 58% de los jugadores de la Selección militan en clubes de fuera de nuestras fronteras. Es este otro reflejo de la globalización del fútbol y de su significado preponderante en Europa