AS (Baleares)

Bale sueña otra vez con Gales

Triunfo galés ante Turquía ● El madridista, protagonis­ta ● Falló un penalti y dio dos asistencia­s

- IGNACIO CAMACHO

Cuando los buenos se juntan, el fútbol parece más fácil. Bale y Ramsey, aunque se nieguen a demostrarl­o con frecuencia, son de los que consiguen hacer creer que es sencillo. Un pase en profundida­d y un remate son más que suficiente para crear peligro. Para qué más. Hasta tres veces lograron encontrars­e en la primera parte para dejar a Ramsey solo ante Çakir y abrir el marcador. Sólo lo consiguier­on al tercer intento, eso sí. Probableme­nte porque ambos intercambi­aron sus roles como el príncipe y el vagabundo y fue el madridista el que filtró el balón las tres veces y el de la Juve el rematador. Lo normal es que ocurra al revés.

En el primer intento, nada más comenzar el encuentro, Ramsey no confió en su zurda y tuvo que hacer un recorte para colocarse el balón en su pierna derecha. Cuando quiso darse cuenta Çakir estaba encima y despejó el balón. A la segunda intentona, el mediapunta galés se vio tan sorprendid­o por no ver a nadie de rojo alrededor cuando recibió el pase de su compañero que lanzó el balón muy por encima del larguero. No fallaría en la tercera, a su vez, la más difícil. En esta ocasión, Bale le mandó el balón por encima de la defensa y Ramsey, en carrera, lo controló con el pecho de espaldas a la portería. Luego se giró y ajustó el balón de volea al lado derecho de la meta. Golazo.

Entre los tres deja vú galeses Turquía había asomado la cabeza al área rival con peligro, pero la sensación al descanso fue que el resultado era justo. Gales había sorprendid­o a la selección otomana con un fútbol atrevido y ofensivo lejos del de orden y control táctico al que nos tiene acostumbra­dos.

Con el 1-0 y 45 minutos todavía por delante, Gales volvió a ser la selección que conocemos. Esa que no quiere ser protagonis­ta y prefiere defender atrás y aprovechar la velocidad de Bale y James para salir a la contra.

Con ese plan y con una Turquía obligada a dar un paso hacia adelante, el partido se volvió loco. De área a área. Primero Yilmaz falló en el área pequeña un gol que a Morata le hubiera costado la cadena perpetua. Luego lo intentó Yacizi y más tarde Ünder. Cuando todo parecía abocado a un sufrimient­o constante del equipo británico, Celik zancadille­ó a Bale sobre la línea del área y el portugués Artur Dias señaló penalti.

Resulta extraño que un hombre con tanta facilidad para el gol lleve tanto tiempo sin marcar con su selección. El madridista mandó el penalti a las nubes. Se pudo desquitar un minuto después con el momento ridículo del partido, pero la suerte no estaba de su parte. Tras el saque de puerta, Çakir se entretuvo con el balón en los pies y cuando quiso despejar, estrelló el balón en Bale. La pelota salió rebotada y se fue fuera de la portería por centímetro­s.

Tras los dos fallos de Bale, el sufrimient­o volvió a apoderarse de Gales y la agonía y la angustia, de Turquía. Lo intentaron lo de Gunes hasta el final pero en los últimos metros el mundo se les volvía borroso y oscuro. El gol en el descuento de Roberts, también asistido por Bale, que emuló a Iniesta, Butragueño y Benzema conduciend­o el balón por la línea de fondo, deja el futuro de la selección turca en manos de un auténtico milagro. Por contra, Gales, con cuatro puntos, tiene ya pie y medio en la siguiente ronda.

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REPORTAJE GRÁFICO GETTY Bale arenga a sus compañeros tras la victoria ante Turquía.
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