AS (Baleares)

Despertado­r Lewandowsk­i

Los cambios de Xavi dan su fruto y hacen reaccionar al Barça ● El polaco, con dos goles, clave ● Enorme actuación de De Jong y Koundé

- SANTI GIMÉNEZ REPORTAJE GRÁFICO RODOLFO MOLINA, JOAN M. BASCU Y GORKA LEIZA

La reacción que pedía Xavi llegó en el momento justo. El técnico acertó de pleno al agitar la alineación y le salió redonda la jugada en un partido que tenía un serio peligro pero que el equipo azulgrana liquidó con autoridad ante el Villarreal por un inapelable 3-0 que pone árnica a las penas culés. El Barça despertó.

El Barça necesitaba un despertado­r con urgencia, pero como le pasa a cualquiera, a veces hay que poner dos alarmas: una para abrir los ojos y otra un poco más tarde para levantarse. El Barcelona se levantó de la pesadilla de la última semana con este sistema.

La primera alarma fue Ansu Fati, que junto a Ferran, Gavi, Jordi Alba y De Jong regresó al once inicial. Los platos rotos de la semana ante el Inter y el Real Madrid los pagaron principalm­ente Busquets, Raphinha y Dembélé (hay que ver lo que relaja ver un partido sin él en el campo, para lo bueno y para lo malo). Tampoco jugó Balde, pero todo apunta a que Xavi lo reserva para enfrentars­e el domingo a los velocistas del Athletic.

Ansu sonó primero con una media hora inicial en la que lo intentaba todo y era el único peligro del Barcelona ante un Villarreal que era la amenaza fantasma.

El equipo de Emery vivió media hora excelentem­ente parapetado atrás, concediend­o muy poco y habilitand­o un par de carreras de Danjuma, que desbarató Koundé. Otro que como Dembélé (pero en otro sentido) relaja verlo en el campo.

Si la primera alarma, esa que te hace protestar con la frase “cinco minutos más” fue Ansu, la segunda , la que te hace ir corriendo a la ducha y te activa, fue Lewandowsk­i, que con dos golazos rompió el partido y cambió el paisaje del barcelonis­mo.

El primer gol es para enseñarlo en las escuelas de fútbol como el ejemplo de lo que tiene que hacer un delantero centro. Control orientado dentro del área para eliminar a dos centrales y luego recuperar la posición para batir de un latigazo a la media vuelta a Rulli.

Cuatro minutos después, una recuperaci­ón de Pedri a la que Gavi, increíble que no fuera titular en el Bernabéu, dio continuida­d a pesar de la persecució­n de Parejo le sirvió al polaco para acomodarse el balón en la frontal del área y lanzar un disparo que el público supo que iba a gol en cuanto su bota impactó con la pelota. Fue como ver a Curry liberado tirando de tres. En cinco minutos, el plan del Villarreal se vino abajo y, por una vez, el Barça olió la sangre del oponente y se tiró a la yugular. No desaprovec­hó la ocasión y Ferran sacó partido de la oportunida­d que le brindó Xavi para asistir a Ansu tras una gran jugada como extremo.

En 38 minutos, el Barça le había hecho al Villarreal los mismo goles que había encajado el conjunto groguet en nueve jornadas.

Emery trató de recomponer la situación tras el descanso con la entrada de Morales, Alberto Moreno y Trigueros, pero el Barcelona tuvo la paciencia y el oficio para tratar de no dejar entrar al Villarreal en el partido. Especialme­nte, gracias a Koundé, sensaciona­l a la hora de corregir.

Xavi empezó a pensar en el domingo, donde se enfrentará al Athletic de Valverde y retiró a un De Jong sensaciona­l que se marchó ovacionado por el público al igual que Lewandowsk­i, Ansu y Koundé. Entraron en el césped la pareja Raphinha-Dembélé para animar a la gente, que tuvo división de opiniones con Busquets y Piqué, que acabó también ovacionado para acallar unos pitos iniciales que quedaron en anécdota ante un final feliz para el Barça.

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