“Mi padre es el culpable de que nos engancháramos al baloncesto”
Hace un año, el propio Javier Imbroda, como consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía, inauguraba el Hall of Fame de la Federación Española de Baloncesto, su deporte más amado, en el estadio que él quiso y logró revitalizar: La Cartuja. La lluvia que tanto agradece durante estos días la seca Sevilla caía sobre el coliseo, quizás en un intento de confundirse con las lágrimas de José María Arrabal, secretario de Deportes de la Junta y uno de los hombres, junto con el presidente de la FEB, Jorge Garbajosa, y el director de AS, Vicente Jiménez, encargados de ofrecer el balón de oro del Hall of Fame a la familia de Javier Imbroda. La viuda de Imbroda, Salvadora Acosta, apenas podía también contener la emoción cuando subió a recibir el homenaje. “Para nosotros hablar de Javier en pasado es imposible. Y mas aún en este estadio del que él estaba tan sumamente orgulloso. Simplemente agradecer a la Junta, el Ayuntamiento, presidentes de FEB y ACB, al director de AS... Quiero agradecer en nombre de mi marido este homenaje que nos estáis ofreciendo”.
Casi improvisadamente, su hijo Javier, que juega y es también un gran amante del deporte de la canasta, quiso recoger el micrófono para ofrecer una reflexión extra de agradecimiento, palabras que destilaron el mismo optimismo que siempre demostraba su padre cuando hacía declaraciones públicas: “Obviamente estamos agradecidísimos por esto que se ha organizado, a la FEB y al diario AS. Pero yo también me voy a marcar el agradecimiento a él, a mi padre. Por estar en nuestras vidas, era una persona muy especial, y por haber sido culpable de que nos engancháramos a este deporte. Hemos aprendido, nos hemos divertido, y hoy por hoy seguimos aplicando en la vida lo aprendido en este deporte. Nosotros le vamos a dar las gracias por ello también”.
Profesor, entrenador, comentarista, político... Francisco Javier Imbroda Ortiz (Melilla, 8 de enero de 1961 - Málaga, 2 de abril de 2022) elevó a los altares el baloncesto en Málaga, Sevilla y también la Selección española, lugares en los que culminó hitos como dos subcampeonatos ACB, un bronce como técnico de la absoluta en Turquía 2001 o convertirse en el último seleccionador, en el Mundial de Indianápolis 2002, que derrotó a los Estados Unidos. Al hombre que dio la alternativa a Pau Gasol con los colores de España se le diagnóstico un cáncer en 2016. Peleó hasta el final y contó con el apoyo de su familia y amigos, además del respeto de sus adversarios políticos. El recuerdo a su trayectoria es y será imborrable y, de hecho, el pabellón de deportes de Carranque en Málaga lleva su nombre. En el Paseo de Las Estrellas brilla la luz de Javier Imbroda, como lo hará para siempre en el Hall of Fame del baloncesto español.